Escribe: Eduardo A. Volonté
Fueron solo 46 segundos. Solo eso. Pero alcanzaron para hacer historia y dar el primer paso de una marcha que todavía sigue.
El 19 de marzo de 1895, los hermanos Auguste Marie y Louis Jean Lumière, nacidos en Besaçon en 1862 y 1864 respectivamente, filmaban “La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon” (La salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon).
Meses después, el 28 de diciembre, proyectaron en el salón de un café esas imágenes y otras de un tren en movimiento ante 33 asombradas personas. Nacía el cine.
De ahí en más, a la par de creciente entusiasmo del público por ver las imágenes que se proyectaban, los adelantos se fueron sumando: en 1901 se creó una película con rudimentarios colores, en 1916 se utilizó el denominado technicolor, para realizarse en 1935 un largometraje completo con esa innovadora técnica.
En 1927 llegaría la primer película con sonido. Al amparo de las nuevas tecnologías el cine ha continuado su marcha: pantallas gigantes, sonidos envolventes, imágenes animadas, proyecciones en 3D y 4D, pero en el fondo manteniendo como hace 129 años su esencia de sorprender y entretener al espectador.
Para quien se anime a salir de los films del circuito comercial tradicional le ofrecemos una película que tiene hasta ahora el récord de ser la película más larga filmada.
UN LARGO VIAJE
Se titula Logistics (Logística), y es un film experimental sueco realizado por Erika Magnusson y Daniel Andersson, cuya duración es de solo 51.420 minutos (857 horas o 35 días y 17 horas).
Magnusson es artista y diseñadora de escenarios, mientras que Andersson es artista de video y diseñador de iluminación, el proyecto contó con el apoyo de organizaciones y empresas del mundo universitario, del transporte y de la cultura. La financiación por su parte la aportó la fundación Innovativ Kultur y Kulturbryggan.
La trama es simple: seguir en tiempo real y en forma inversa el proceso de fabricación de un podómetro, un aparato para medir los pasos dados, desde su venta en un comercio de Estocolmo hasta su elaboración en una fábrica china en Bao’an.
Así la película capta el viaje en camión, tren, un monumental buque portacontenedores, y otro camión, siguiendo un recorrido por Insjön, Gotemburgo, Bremerhaven, Róterdam, Algeciras, Málaga y Shenzhen.
Logistics se proyectó en la Biblioteca pública de Uppsala del 1 de diciembre de 2012 al 6 de enero de 2013, en la Casa de la Cultura de Estocolmo, y tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine Fringe de Shenzhen 2014.
Para quien no se anime a verla de un tirón, se la puede alquilar en el sitio web oficial, ‘Logistics Art Project’.
UNA CORTITA
Por supuesto si el lector no pudo sacarse las vacaciones para ver Logístics, podemos recomendarle The Cure for Insomnia (La cura contra el insomnio), filmada en 1986 y dirigida por John Henry Timmis IV, que solo dura 5.220 minutos o sea 87 horas. Casi un cortometraje…
La trama es simple, el poeta L.D. Groban aparece leyendo un poema suyo de 4.080 páginas intercalado con pequeños cortes de música heavy metal y escenas pornográficas.
EL COMPLEMENTO
Hoy en día, parece casi obligatorio entrar al cine con el correspondiente vaso de pochoclos.
Este popular snack, que adopta innumerables nombres de acuerdo al país donde se trate, no consiste en otra cosa que maíz pisingallo cocinado.
Su origen puede encontrarse en las culturas precolombinas. Hallazgos arqueológicos han comprobado que 4.700 años A.C. ya en México y Perú se lo consumía.
Con la conquista española, el maíz en sus distintas variantes pasó a integrar los más variados menús de casi todo el mundo.
Podría decirse que el pochoclo en su versión moderna nació de la mano del norteamericano Charles Cretors quien en 1893 patentó su carro para producirlos.
En 1931 ingresó a los cines. Su responsable: Julia Braden, que fuera autorizada a instalar una máquina pochoclera en el hall del cine Linwood Theater.
Prontamente esta costumbre se expandió al resto del país y con el tiempo a los cines de cualquier punto del planeta.
En Argentina, se estima que alrededor del 40 % de los ingresos de un cine provienen de la venta de pochoclos.
Volviendo a las películas recomendadas, dos consejos y una reflexión: 1) Pasar en forma previa a la función por el baño y no descartar el uso de un pañal. 2) Encargar con tiempo un container de pochoclos como para garantizarse no quedarse sin ellos en medio de la película. 3) Es de esperar que a ningún argentino se le ocurra hacer una película similar con la trayectoria de un churrasco desde los amoríos vacunos hasta el plato en la mesa de la parrilla.-