La postal se reitera año a año, no obstante los vientos que soplan en contra de los bolsillos de la clase media. Nos referimos a la «avalancha» de turistas que colman hospedajes y otros sitios de índole turística, pertenecientes a las numerosas playas del litoral marítimo bonaerense. Desde Monte Hermoso hasta San Clemente del Tuyú, por marcar un paralelo.
Durante Diciembre, el movimiento pudo considerarse como «preparatorio», pero a partir del comienzo del mes en curso las rutas y otros caminos se observan atestados de vehículos de todo tipo y color, que viajan hacia las playas o bien regresan a sus lugares de origen después de haber cumplimentado las consabidas vacaciones que varían desde pocos días, una semana, quincenalmente o mensualmente.
Lo cierto es que esa constante afluencia de veraneantes (semejantes a hormigueros) cubren los arenosos espacios en procura de aprovechar al máximo las bondades naturales de nuestras costas.
Lamentablemente, el clima no se ha prestado todavía en su máximo esplendor. Al viento que sopla casi diariamente, se agregan las bajas temperaturas y continuas lloviznas que opacan la holganza al aire libre, aprovechada convenientemente por las innumerables «entretenciones» que se ofrecen para que principalmente la gente menuda disfrute plenamente (juegos electrónicos y parques infantiles).
A modo de simples acotaciones y de manera especial en los balnearios que pertenecen al Municipio de la Costa, los hay que ofrecen excelentes bondades en cuanto a servicios sanitarios, limpieza y otras comodidades. Por el contrario, también es posible encontrarse con aquellos muy pobres en cuanto a infraestructura (falta de limpieza y mantenimiento).
Lo cierto es que «casi todo el mundo» vacaciona en menor o mayor medida. Enhorabuena para aquellos que pueden hacerlo, aunque más no sea para ir a pescar a algún arroyo o laguna cercanos y «tomar el sol» distendidos y alejados del mundanal bullicio. Los argentinos que viven a «salto de mata» se lo merecen sobradamente, principalmente aquellos que han trabajado durante todo el año y han hecho bien los deberes para merecer un descanso, aunque sea breve. Al fin y al cabo, la vida es breve…