Escribe: Eduardo A. Volonté.-
“Se ha vuelto a verificar. Somos vulnerables y nada tenemos de invencibles.”
Así comenzaba el último artículo que Pepe Eliaschev escribió en el diario Perfil diez días antes de que un fulminante cáncer de páncreas le ganara la batalla por la vida el 18 de noviembre de 2014.
Y no estaba hablando de sí mismo, sino de las enfermedades del poder y la Presidente.
¿Cómo pudo escribir esa frase y seguir escribiendo hasta el final esa nota, sin detenerse a lamentar su propia situación? ¿Qué habrá sentido al releer esa frase?
Tal vez esto solo alcanza y sobra para confirmar que era un periodista de raza. Que la información, el comunicarse con los demás, estaba por encima de todo, incluso de sí mismo.
A diez años de distancia de su deceso, el vacío periodístico que su ausencia dejara sigue aún sin ocuparse.
Poseedor de una cultura que no era moneda corriente en los medios de aquellos años y mucho menos en los actuales, sabía desarrollar su idea con un estilo claro, abundante de precisiones, con opiniones que dejaban a la vista como una marca de fábrica su “intensidad pasional” como la calificara Beatriz Sarlo.
Su trayectoria de medio siglo en los medios, ya sea en la gráfica, la radio o la televisión, no estuvo exenta de los vaivenes de la política argentina.
Como muchos, debió sufrir las amenazas de muerte de la Triple A en 1974, conocer el exilio hasta el retorno de la democracia en 1983, la censura, e incluso en el 2005 el levantamiento abrupto de su programa en radio Nacional porque sus opiniones irritaban al poder K.
Su programa Esto que Pasa, con sus veinte años en el aire, se convirtió en un clásico y una adictiva atracción para sus fieles oyentes, en especial sus editoriales a las 18 hs. los cuales, para asombro de todos desarrollaba en forma impecable sin ningún soporte escrito, apelando sin red a su manejo del lenguaje y claridad expositiva.
Su paso por la dirección de Radio Municipal y los programas televisivos que condujera, también sirvió para remarcar su capacidad de análisis.
Quedan para siempre de su cosecha una docena de libros, una incalculable cantidad de artículos periodísticos, de columnas radiales, material todo, al cual el paso del tiempo solo servirá para confirmar la capacidad, valentía y honradez intelectual de su autor.
Su libro “Los hombres del juicio” es ya un material de consulta obligado para quienes deseen conocer no solo los aspectos formales sino también el lado humano de quienes integraran la Cámara Federal que juzgó a las Juntas Militares.
Su amigo y periodista Jorge Fernández Díaz dijo al recordarlo en aquellos días algo que sigue vigente: “La muerte de un periodista talentoso nos recuerda que el verdadero talento no abunda. Pepe fue siempre crítico, tuvo problemas con todos los gobiernos y sólo se mantuvo fiel a su oficio de ver y pensar por su cuenta.”
No era poca cosa en esos tiempos y tampoco lo es ahora.
Por eso Pepe Eliaschev, a diez años de su muerte, seguirá siempre siendo un periodista ejemplar.-