La Biblioteca Pública, Municipal y Popular «Manuel Vilardaga» continúa realizando la Ronda de lectura on-line “Otras voces”. Esta vez presentamos una lectura de nuestra convecina Andrea Simone quien eligió para compartir “Perdón” del libro Rota se camina igual, de la licencia en psicología Lorena Pronsky.
Perdón
Si uno supiera que en el mundo de los dolores el de extrañar es el más terrible, uno miraría más. Abrazaría más. Escucharía más. Tocaría más.
Uno no lo sabe hasta que se choca con ese agujero en el pecho y tiene que salir a buscar, en el cajón de las fotos, los momentos que ahí quedaron juntos. Inalterados y eternos.
Los extraño. Me duele no recordar como olían. Perdón. Se me dificulta acordarme del sonido de esas voces, del ruido de esas risas. Se me complica.
Perdónenme, pero no me acuerdo de todo. No sabía que estas cosas pasaban, sino los hubiese guardado más, no sabía que estas cosas sucedían, pero un poco más. Se me hace borrosa la figura de ustedes cuando caminaban. Por un momento la recuerdo y después se va. Se va. Y cuando dejo de retenerlos en esas imágenes es cuando los necesito más. Los extraño. Te extraño.
En el mundo de los dolores, extrañar te liquida. Te parte al medio. No hay remedio. No lo hay. Es como que algo muere en el corazón y uno se arrepiente de no haber amado más. Pero es tarde.
El que extraña, aprende a caminar rengueando. Uno camina con el alma renga. Aguantando como puede. Uno aguanta. Otra cosa no se puede. Perdón.
EL ESPACIO DE LA POESÍA.
Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes que el reloj sonara. Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy puedo quejarme porque el día está lluvioso o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.
Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme de que estoy vivo.
Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo autocompadecerme por no tener muchos amigos o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma.
Hoy el día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma y aquí estoy, soy el escultor. Lo que suceda hoy depende de mí, yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
Que tengas un gran día… a menos que tengas otros planes.
Mario Benedetti