Escribe: Eduardo A. Volonté
Fue el filósofo griego Aristóteles, quien hace más de 2000 años acuñó la frase “La única verdad es la realidad”.
Mucho más acá en el tiempo, el General Juan Domingo Perón la incorporó a su repertorio y la popularizó.
Por eso ante la realidad que muestra con toda crudeza el aumento de la pobreza e indigencia, resulta tragicómico ver el empecinamiento con que desde el gobierno o por boca de algunos de sus más accérimos partidarios se realizan verdaderos malabares dialécticos para justificar lo injustificable.
Así una realidad que exhibe crudamente y través de las propias cifras oficiales, los más elevados índices, se intenta presentarla como una señal positiva hacia la recuperación económica.
ALGUNOS DATOS
Un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, titulado “Nuevos pobres, pobres más pobres y más desiguales: ¿Una crisis que va quedando atrás o un peor futuro por venir?”, elaborado sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC y que abarca 31 aglomerados urbanos, indica que en el primer trimestre de 2024, el 54,6% de los argentinos vive en la pobreza. Un fuerte aumento frente al 38,8% de igual trimestre del 2023.
Dicho de otra manera: más de 24,9 millones de personas son pobres en la Argentina.
Por su parte, la tasa de indigencia alcanzó al 16,5% de la población. Esto es 7,5 millones de personas que no cubren la canasta básica de alimentos.
Se destacan como las regiones más afectadas el noreste y el noroeste, donde la pobreza supera el 60%.
Según la citada universidad privada, la inseguridad alimentaria para las áreas urbanas relevadas alcanza al 24,7% de las personas, al 20,8% de los hogares y al 32,2% de los niños, niñas y adolescentes. Llevado a seres humanos, 11 millones padecen insuficiencia alimentaria.
Entre 7 y 8 de cada 10 de chicos menores de 14 años vive en hogares pobres, mientras 3 de cada 10 pobres son menores de 14 años.
El Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires calculó que la pobreza porteña en el primer trimestre en el 35,1% (1.083.000 personas) frente un 30,1% de fines de 2023. En tanto, la indigencia alcanzó al 15,3 % de las personas (472.000 personas) contra el 12,2%.
Datos de la oficial Subsecretaria de Seguridad Social señalan que en los primeros seis meses del gobierno de Milei el número de aportantes a los regímenes de la Seguridad Social cayó en 612.139 trabajadores.
Desde que asumió Javier Milei al gobierno, el desempleo creció 32,4 por ciento y la desocupación alcanzó al menos a 1.088.000 personas. Así lo reveló un informe del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina, de la Facultad de Económicas, sobre datos oficiales, destacando que el 35 % de las personas con trabajo son pobres.
Traducidos estos números al criollo, significan nada más y nada menos, que hay más hombres, mujeres, ancianos, niños, que son pobres, indigentes, que pasan hambre. Así de simple. Y de duro.
NEGAR NO SIRVE
Sería injusto y burdo decir que la pobreza es un fenómeno nuevo en el país, ya que lamentablemente desde siempre ha estado presente en nuestra sociedad, también lo seria achacar la responsabilidad de su existencia en forma exclusiva a las actuales autoridades.
Pero lo que si resulta inadmisible son las pretensiones presidenciales de querer negar su aumento en los últimos tiempos, y la directa relación de ese aumento con la dureza del ajuste en marcha.
Estos índices tienen una relación directa con una política económica que privilegia el cierre de la cuentas y los compromisos con los organismos financieros internacionales por sobre las reales necesidades y demandas de vastos sectores de la población.
Es hora entonces que tanto el Presidente como su Ministro de Economía vuelvan sus ojos al pueblo y se nutran de sus necesidades y reclamos y que comprendan de una vez por todas, que por no negarla o desviar la vista, la realidad habrá de dejar de existir tal cual es.
Y la pobreza es una de las más duras concretas realidades que esta Argentina puede ofrecer hoy.-