Concretando el vigésimo viaje en bicicleta para visitar El Calvario de Tandil, durante el viernes de Semana Santa, Abel Bruno volvió a hacerse a la ruta en horas de la mañana, arribando a la ciudad serrana a las 11.20, para visitar y realizar el recorrido de Jesús hacia su crucifixión final, las esculturas de La Piedad, El descendimiento y Cristo orando, además de las 14 las estaciones del Vía Crucis.
El vía crucis más grande de Sudamérica, en la ciudad de Tandil, ha cumplido 81 años el pasado 10 de enero. El obispo Fortunato Devoto –entonces obispo auxiliar de Buenos Aires– junto con su primo, Pedro Redolatti, impulsaron su creación, que finalmente vio la luz en 1943.
Tozudo y dispuesto a concretar lo que se propone, Abel Bruno, logró un nuevo arribo. Domó la sierra, se bebió el viento y estuvo de regreso muy temprano, agregando nuevas sensaciones a su generoso anecdotario.