Padre Martín Ripa: una despedida más formal

Es bien conocido, principalmente por los denominados «adultos mayores», que el ciclo de participación en pueblos y ciudades de los comisarios de policía, gerentes de banco y sacerdotes, entre otros funcionarios, es efímera. Algunos más, otros menos, por sus obligaciones especificas estos funcionarios van rotando dejando a sus pasos estelas indelebles, no tanto, e incluso aquellas que se tornaron desapercibidas.
Hace poco, nos dejó el Padre Martín Ripa. Muy posiblemente por imposiciones obispales, según sabemos estaba prevista su permanencia en Ayacucho, hasta enero del año 2020, pero sin decir «agua va» desde hace varias semanas se alejó de nuestra Parroquia y vida comunitaria, dejándole a los que lo trataron y conocieron bien una «rara» sensación que bien puede enmarcarse entre símbolos de preguntas sin respuestas.
Ningún ayacuchense puede desconocer que desde que el Sacerdote Martín Ripa, se hizo cargo de la Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, desarrolló un apostolado dinámico, febril y en ocasiones no exento de cierta rigurosidad. Como todo ser humano, entre sus muchas virtudes también poseía algunas aristas incongruentes que le causaron ciertos resquemores. No obstante esos naturales perfiles, dejó marcadas con huellas indelebles varias obras importantes que según escribimos antes, se debieron a su constante voluntad «de hacer». Al respecto, podríamos ocuparnos de varios ejemplos pero consideramos que son por todos conocidos.
Lo cierto es que el Padre Martín Ripa, debiendo irse a poco que llegara su reemplazo (todavía no se ha hecho cargo), se alejó de nuestra comunidad con rumbo a Las Flores, donde ejercerá su apostolado. Mientras tanto y como en los tiempos en que por estos pagos aún no habían sido designados sacerdotes, generalmente venían «curas» de Tandil y Dolores para oficiar los santos oficios.
Según se sabe, el reemplazante del Padre Martín Ripa, se hará cargo muy pronto. Por ahora, conocemos su nombre. Pero lo que no conforma a quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo con mayor profundidad al Sacerdote Martín Ripa, es su repentino alejamiento. No caben dudas que existe un motivo, muy posiblemente conocido por quienes estuvieron trabajando codo a codo a su lado durante varios años. El resto de la comunidad en líneas generales, se divide entre quienes esa actitud pasó desapercibida, sin pena ni gloria, y el resto, que reiterando conceptos llegó a conocerlo a tal grado de considerarlo un amigo y hermano más.
A modo de cierre, numerosos ayacuchenses se quedaron en ascuas, esperando poder ofrecerle una despedida más formal y por ende expresiva, como según nuestro criterio se hubiese merecido el Sacerdote Martín Ripa.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario
Por favor ingrese su nombre