Las iglesias católicas celebran la Navidad, el nacimiento de Jesús en Belén. También la iglesia anglicana, algunas protestantes y mayoría de ortodoxas.
Este 25 de diciembre fue un día festivo celebrado por millones de personas en todo el mundo y porque nó en buen número, por no cristianos.
En estas fechas de reflexión y reunión de familiares y amigos. De alegría y fervientes deseos en donde parece que el mundo se tomara una tregua del tráfago del diario vivir, se ahonda la sensibilidad, muchos hacen silencio de análisis introspectivos, se da una recorrida mental del año que ya expira y con fuerzas que en no pocos casos se impulsan de flaquezas, todos se preparan para iniciar otro año, del que se aguardan mejores noticias.
La exteriorización, la preparación de alimentos en una mesa pantagruélica, los brindis, el reencuentro con seres queridos, tiene mucho que ver con eso. Los deseos de todos para todos!!!.
Feliz Navidad!!! el mensaje que atiborra las redes sociales en un ir y venir sin solución de continuidad, representa un ferviente augurio de felicidad, paz y una vida mejor.
En la mesa me quedé pensando un momento en la gran de cantidad de familias hermanas que a pesar de los esfuerzos, no la pasan de una manera decorosa. De aquellos seres humanos que en el país del derroche, tienen la panza hinchada pero por el hambre y la mala alimentación.
Pensé mucho en aquellos grandes hombres que dió el país y que vivieron luchando a brazo partido por mejorar la existencia de sus hermanos. Con humildad y sentido común, que los diferenciaba.
René Favaloro, Arturo Illia, la madre Teresa, Margarita Barrientos, Pedro Opeka, por citar algunos, se me cruzaron por la mente. Cada cual desde su lugar de trabajo. También de tantos que le han hecho tan mal. Corruptos, estafadores, malos gobernantes, formando una lista de nunca acabar. Pruebas al canto, de lo que hoy se vive.
Y me dije está bien que haya festejos y alegrías, pero también un minuto de entrega de cada uno para elevar la condición de quien sufre, vive mal y no tiene recursos. Del que está postergado, a pesar de ser también hijo de Dios.
Un poquito de cada uno, mejores gobernantes, de los que repetidamente hemos carecido y la convicción general de luchar por un mundo mejor. En el que todos tengan un lugar digno.
Festejemos pero recordemos y ayudemos, a ellos. En la medida que lo hagamos lograremos la Paz.
Y así nos irá mejor.
OMA