Margarita y Francisco….dos convecinos comprometidos con la democracia

No obstante los incuestionables avances en todo sentido que pueden observarse en Ayacucho, aún podemos considerarnos una «comunidad familiar». A tal punto, que preservamos como un don preciado el clásico y tradicional saludo callejero que se da con la voz y la mano, entre otras exteriorizaciones por el estilo.
Lo antes escrito nos asegura que el lector habrá de reconocer sin mucho esfuerzo, a dos ayacuchenses de alma y corazón.
Ella, se llama Margarita Arenaza, y lleva con sobrado donaire sus jóvenes 100 años de edad. Toda una vida dedicada al trabajo fecundo y sin dobleces, regalando a los cuatro vientos su reconocida y probervial simpatía, alegre, dicharachera.
El, Francisco Crocci, con sus 94 años de edad continúa caminando nuestras calles con la educación y don de gentes que siempre lo caracterizó.
Ambos, anteayer domingo y cumpliendo con un deber democrático, se presentaron a votar. Bien pudieron quedarse sentados en sus respectivos hogares, sin importarles un ápice el llamado de las urnas. Sin embargo, fieles a sus sentimientos acudieron a la Escuela Municipal de Enseñanza Artística e Idiomas y a la Escuela Primaria Nº 1, respectivamente, y cumplieron como dos ciudadanos responsables y profundamente consustanciados con la obligación que les impuso el respeto por la democracia.
Un verdadero ejemplo para los más jóvenes.