La última Cena

Transitando la Semana Santa recupero del recuerdo dos obras del máximo arte que puede producir el ser humano. En el siglo XIV, nace en Florencia (Italia) una nueva corriente cultural manifestada fundamentalmente en el arte, llamada Renacimiento.
El arte del Medioevo se había centralizado en la arquitectura gótica y en la conservación de la historia en magníficos manuscritos ilustrados realizados en los conventos.
El Renacimiento se distingue por la revalorización de las culturas griega y romana, apareciendo así, hombres con profunda formación humanística, versados en todas las disciplinas imaginables.
En el siglo XIV y el XV encontramos a pintores como Verrochio, Boticelli, Perugino, Rafael, arquitectos como Sangallo, Brunelleschi (famoso por la cúpula de la iglesia Santa María del Fiore).
Por esa época, las ciudades italianas eran estados independientes con sus propias leyes y autoridades, que estaban casi permanentemente en conflicto entre elllas, incluido el Vaticano.
Además debían prestar atención a las pretensiones de Carlos V de España, que había heredado la región de Nápoles, Cerdeña y Sicilia, y pretendía atravesar Italia para tomar posesión de esas tierras, pero, si se daba, quedarse con alguna ciudad importante.
En esa sucinta escena, nos encontramos con un verdadero genio: Leonardo da Vinci, nacido en 1452.
Largo es detallar toda la obra que nos dejó. En otra oportunidad podríamos volver sobre la tierra. Lo que nos interesa de su vastísima obra es la Ultima Cena, que junto con la GIOCONDA, son las más conocidas.
La Ultima Cena es un mural pintado por Leonardo entre 1495 y 1498, en la pared de la sacristía de la iglesia de Santa María de las Gracias, en Milán, por encargo del duque Ludovico Sforza, que mide 8,80 metros de largo por 4,50 de alto.
Cuenta su biógrafo que Leonardo se subía al andamio desde que salía el sol hasta la última hora de la tarde pintando sin descanso.
Como se describe en algunas notas, no es un fresco, ya que esta técnica se basa en pintar sobre superficies aún húmedas, lo que asegura la integración de la pintura con el enduido, haciéndola casi indestructible, sino que la realizo sobre material seco, lo que ha provocado que su conservación no es perfecta a pesar de las restauraciones que se le efectuaron.
En el cuadro vemos a Jesús y a sus apóstoles sentados, con un paisaje de fondo. A su izquierda se encuentra Bartolomé, Santiago el Menor, Andrés, Judas Iscariote, Simón Pedro y Juan, a su derecha Tomás, Santiago el Mayor, Felipe, Mateo, Judas Tadeo y Simón el Celote.
La Ultima Cena, es una de las obras más magníficas de la Historia del Arte.
La Piedad
Otro genio del Renacimiento es Michelángelo Buonarroti (Miguel Angel nacido en 1475, vivió 88 años durante los cuales produjo tantas obras de arte, que ocuparíamos varias páginas para describirlas.
Fue escultor, pintor y arquitecto italiano renacentista y considerado como uno del más gran artista de la historia.
Trabajó alrededor de setenta años entre la Florencia (cuna del Renacimiento) bajo el patrocinio de Lorenzo de Medicis (El Magnífico) y Roma, auspiciado por los Papas.
Su predilección era la escultura, aunque también sobresalió en la pintura.
Al morir su madre tenía seis años de edad y quedó a cargo de una familia de picapedreros. Su padre tenía un regular pasar con el producto del alquiler de una finca y del producto de una cantera de mármol.
Por esa época aparece en espera en fraile. Girolamo Savanarola, que criticaba a la cultura del Renacimiento con sus pinturas y esculturas de cuerpos humanos desnudos.
Con sus prédicas consigue en 1495 la expulsión de los Medios de Florencia y la vuelta del arte sacro en contra del arte pagano. También se atrevió a desafiar al papa Alejandro VI.
Desaparecido Savanarola, que mere en la hoguera, Miguel Angel vuelve a Florencia, dedicándose a tallar diversas esculturas, la mayoría en relación a encargos de familias poderosas.
En 1505 regresa a Roma donde el Papa Julio II, le encarga la pintura de la bóveda de la Capilla Sixtina. Obra maravillosa que causa estupor por la realidad de las figuras representadas.
De esta época es «El Moisés», estatua que presenta una mirada profunda, trasmitiendo un gran dinamismo interior.
Produce varias estatuas de diversos temas, las que se pueden apreciar en la Galería de la Academia de Florencia, donde también se encuentra su «David» de más de cinco metros de altura.
Como arquitecto realiza la cúpula de la basílica de San Pedro, después de modificar los proyectos de Bramante, Bernini y Sangallo. La basílica más grande del mundo ocupando una superficie de 2,3 hectáreas y con 45 metros de altura.
Volviendo al tema central de esta nota, diremos que «La Piedad» fue realizada en un año, entre 1498 y 1499, cuando Miguel Angel solo tenía 23 años de edad.
Por tal motivo muchos pusieron en duda su autoría por lo que su autor la firmó, grabando su nombre en la cinta que cubre el pecho de la Virgen.
El crítico de arte Giorgio Vasari, contemporáneo de Miguel Angel aunque 36 años más joven dijo de ella: «es una obra a la que ningún artifice excelente podrá añadir nada en dibujo, ni en gracia, ni por mucho que se fatiguen, en fortaleza, en poder de finura, tersura y cincelado del mármol».
La virgen María, representada como bella mujer, joven, llena de ternura, mostrando el dolor de una madre que sostiene en sus brazos a su hijo muerto.
El rostro de Jesús nos muestra la paz de los que se duermen en el Señor, con la esperanza de la resurrección y la vida eterna.
Al observarla, en la primera capilla a la derecha de la basílica de San Pedro, la emoción y la admiración llenan el alma. Se nos presenta estar viendo dos cuerpos humanos, uno yacente, y otro sosteniéndolo en sus brazos, que al instante se levantaran vivientes.-

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