La Biblio: El espacio de los cuentos y la poesía

El buen momento la alegría

José hierro

Aquel momento que flota
Nos toca con su misterio.
Tendremos siempre el presente
Roto por aquel momento.
Toda la vida sus palmas
Y tañe sus instrumentos.
Acaso encienda su música
Sólo para que olvidemos
Pero hay cosas que no mueren
Y otras que nunca vivieron
Y las hay que llenan todo
Nuestro universo
Y no es posible librarse
De su recuerdo

¿Que es el amor?


Desde que se quedó viudo, Alberto solo vivía para ellas. Jana acababa de hacer cuatro años y Emma tenía siete.
Todas las mañanas levantaba a las niñas para llevarlas al colegio, preparaba su desayuno y ayudaba a Jana a terminar de vestirse y preparar su mochila. Emma, como era la mayor, ya lo hacía sola.
Un día Jana preguntó a su padre:
– Papá, ¿qué es el amor?
Alberto miró a su hija embobado y la abrazó.
– Esto es amor, Jana – le contestó después.
– Papá, ¿qué es el amor? – volvió a preguntar Jana de camino al colegio.
Alberto la miró y la besó.
– Esto es amor, Jana – le dijo después.
Un día que Alberto hacía dos trenzas a Emma, Jana preguntó de nuevo.
– Papá, ¿qué es el amor?
Alberto la miró y empezó a desenredarle el pelo también a ella.
– Esto es amor, Jana – le dijo después.
Pero Jana, nada convencida con sus respuestas insistía preguntándole cada día:
– Papá, ¿qué es el amor?
Alberto le dio a probar de las albóndigas que estaba cocinando.
– Esto es amor, Jana – le dijo después.
– ¡Vamos, papá! ¡No me tomes más el pelo! Cada vez me dices que el amor es una cosa diferente. ¡Joooooooo!
Alberto tomó su carita entre sus manos y le dijo:
– Mis amores sois tú y tu hermana Emma. ¡No te miento!
Jana se fue a dormir pensando en las palabras que le había dicho su padre.
Esa noche tuvo un bonito sueño. Su padre, como siempre, cuidaba de ella y su hermana Emma: las llevaba y recogía del colegio, las bañaba, las peinaba, las vestía, cocinaba para ellas, hacía todo lo posible para que ellas estuvieran bien y fueran felices, siempre con una sonrisa.
Entonces se dio cuenta de lo que le quería decir su padre: el amor estaba en cada detalle que tenía con ella y con Emma, en cada momento del día, por eso siendo cosas diferentes el amor siempre estaba presente entre ellos. ¡Al fin lo entendió!
Al otro día cuando Alberto fue a levantarla para ir al colegio, Jana le dio un abrazo y le dijo:
– ¡Te quiero, papá!