Entre otras cosas…

Comenzaron a manifestarse los primeros encuentros relacionados con la organización de la comparsa «Colibrí». Después del llamado a inscripción, los coordinadores generales Roxana Contino y Víctor González, se encuentran abocados a la tarea de ordenar los pasos tendientes a conformar los grupos, vestimentas, ensayos y otros detalles que hacen a tamaña manifestación multitudinaria.
Cabe recordar que se inscribieron 270 personas de ambos sexos y diferentes edades. Una sorprendente y por ende extraordinaria respuesta de convecinos dispuestos a divertirse, pasarlo muy bien y lo que es mejor, participar, que de eso se trata. A la par, darle rienda suelta a la danza a través de sus correspondientes coreografías.
Innumerables mujeres y hombres siempre han sentido (y querido) manifestar sus inquietudes artísticas y por diversos motivos no pudieron hacerlo: falta de tiempo, indecisión, cuestiones familiares y laborales, etc. En ese menester, la movida generada por la comparsa «Colibri» vino a llenar esos espacios vacíos, ofreciendo una abierta y generosa oportunidad.
Lo cierto es que todo ese conglomerado organizativo está en marcha. Por un lado, se mueve la parte coreográfica y por el otro la logística. Esta última área, sin duda, puede significar el mayor desafío para los organizadores debido a los altos costos del material a utilizarse, no fáciles de conseguir. Para superar esos escollos, se expondrá un verdadero sentido de equipo y de colaboración generalizada. Reiterando conceptos, habrá que estrechar filas en todo momento para superar esos y otros inconvenientes.
Cabe agregar que la comparsa «Colibrí», no está sola en este concierto de voluntades puestas al servicio del Carnaval 2020. Otras agrupaciones locales también trabajan para sumarse al alegre y chispeante jolgorio que aún no cuenta con un lugar definido para llevarlo a cabo. Una de esas reuniones realizadas recientemente, tuvo que ver con el sitio donde se desarrollará el desplazamiento. Por ahora, no se ha definido.
En suma, en un ambiente social y económico sumamente convulsionado, donde nuestro país parece hacer agua por todos los costados debido a la desesperanza de la gran mayoría de sus habitantes, en Ayacucho, hay gente que trabaja para ponerle música y rítmo a la vida de todos los dias. Posiblemente, este evento no solucionará los muchos y acuciantes problemas que nos afligen, pero sin duda los atenuará emocionalmente. Bailemos entonces, riéndonos «a mandíbula batiente». Quizás no sea en vano.
AGB

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