Ayer lunes y después de haber competido en la ciudad de Tandil, nos visitó Carlos Bacci. Con su reconocida simpatía y don de gentes, entre otras consideraciones nos puso al tanto de las principales alternativas que generó el evento tandilense: «no me fue mal, pero venía de una semana con algunas complicaciones físicas y competí como para cumplir el compromiso al que me habían invitado varios amigos del ambiente».
«Carlitos», como lo recuerdan quienes compartieron con él diversas actividades sociales y deportivas, hace varios años que reside en Italia. Desde ese país peninsular viaja regularmente a Necochea, donde se encuentra parte de su familia, aprovechando para intervenir en los campeonatos nacionales de Triatlón donde ha obtenido premios muy significativos en su categoria. Con respecto a sus performances en Europa, trascienden permanentemente.
Cabe recordar que Carlos Bacci, integró durante varias temporadas los primeros equipos futbolísticos del Club Social, Cultural y Deportivo Ferroviario, donde su padre, don Pedro Bacci, trabajó incansablemente conformando los planos directivos. Carlos, también incursionó con exito en el Rally, conduciendo un automóvil Citroen, acompañado del siempre recdordado Daniel Frechero.
En suma, Carlos siempre estuvo consustanciado con el deporte en sus múltiples expresiones, habiendo adoptado en la plenitud de su vida (recién cuenta con 70 años de edad) una disciplina durisima y exigente como el Triatlón: «Después que dejé de jugar al fútbol, comencé a pedalear por recomendación médica hasta que me entusiasmé y a ese deporte le sumé el pedestrismo y la natación. En esta última actividad no me muevo tan bien, pero forzosamente la tengo que hacer. Afortunadamente, he conseguido numerosos triunfos en Italia y en otros países de Europa, con muchas proyecciones en Argentina. En ciertas oportunidades pienso que ya está bien, que tendría que dejar, pero no sabría que hacer si me faltara la actividad física a través del deporte».
Cuando visita su ciudad natal, «Carlitos» Bacci, aprovecha para visitar a sus numerosos amigos y conocidos. «Siempre regreso a Ayacucho. Aquí tengo los mejores recuerdos de mi vida, y a cada tanto vengo a recuperarlos y a compartirlos con quienes en gran medida fueron protagonistas. Es un inmenso placer caminar por estas calles; saludarme con tantos muchachos…»
Ayer y en horas de la tarde viajó a Necochea. El jueves 28 de febrero, regresará a Italia, para proseguir con sus habituales tareas especificas sin descuidar un apice su preparación fisica. Para él, la vida comienza a los setenta años y en ese menester, sonríe afable y ampliamente porque está haciendo lo que le gusta; un privilegio que no todos los seres humanos pueden cumplimentar…