Escribe: Eduardo A. Volonté.-
Los 641 compatriotas caídos — según el informe Rattenbach- en la guerra de Malvinas nos habrán de conmover siempre.
¿Cual sería nuestra reacción si alguien nos dijera que en otra guerra mueren mensualmente casi la misma cantidad de argentinos?
Seguramente primero sería estupor, y luego la pregunta: ¿qué guerra nos produce semejante cantidad de víctimas?
La respuesta es la guerra diaria del tránsito en Argentina.
DATOS QUE MATAN
Un informe elaborado por la Dirección de Estadística Vial, de la Dirección Nacional del Observatorio Vial, reseña que durante el 2023, 4.369 personas perdieron sus vidas en las rutas y calles argentinas producto de accidentes de tránsito.
Esto arroja un promedio mensual de 364 muertes y un promedio diario de 12 muertes.
La Asociación Civil Luchemos por la Vida, por su parte, presenta cifras muy superiores para el año pasado: 6.245 fallecidos. Lo que arroja un promedio diario de 17 y mensual de 520 muertos.
La diferencia con los datos oficiales surge de considerar distintos criterios respecto a los heridos y su posterior fallecimiento.
No obstante estas diferencias, y tomando las cifras oficiales, si bien señalan un leve descenso respecto al 2022 ( -4%), igual alarman por su magnitud.
El análisis de los datos del Observatorio Vial permiten saber que:
La provincia de Buenos Aires fue la que tuvo mayor cantidad de víctimas fatales: 1.351. Le siguieron Córdoba, 398 y Santa Fe 376.
El 50 % de los siniestros se produjeron en rutas. El 53 % fueron colisiones. El 48 % en horario nocturno. El 75 % los protagonizaron varones.
Por su parte el rango edad con mayor siniestralidad, el 38 %, fue el comprendido entre los 15 y 34 años.
Las motos protagonizaron el 40 % de los accidentes. Siendo el norte del país la región con mayor cantidad de siniestros con motos.
CAUSAS VARIAS
Cíclicamente editoriales y notas, -incluso esta- se ocupan del tema por unos días, y después, lo de siempre. Poco o nada, salvo que los accidente seguirán y las víctimas irán acumulándose en la trágica estadística.
Es verdad que no es un solo factor el responsable de esta estadística. Confluyen entre otros:
Los propios conductores, que no siempre cumplen –cumplimos- con las normas de seguridad y de tránsito. El factor humano sigue siendo el motivo principal de los accidentes automovilísticos.
El estado de las rutas, muchas de ellas –concesionadas o no- con problemas serios [falta de señalización, baches, sin banquinas, etc.] que atentan contra una circulación mínimamente segura. Sobre esto los ayacuchenses mucho podemos decir.
La falta de controles en las rutas, por parte de las autoridades, que muchas veces ponen más énfasis en exigir que se tenga la patente al día [cuestión en todo caso impositiva pero que nada tiene que ver con la seguridad] que verificar el estado real del vehículo.
La Verificación Técnica Vehicular, pensada e implementada mucho más como un redituable negocio para algunos [$ 34.531,17 los vehículos hasta 2.500 kg], que como una real forma de prevención y búsqueda de seguridad en los vehículos.
De la conjunción de estos y otros factores, surgen luego las cifras que alarman a todos.
ENTRE TODOS
Es necesaria una auténtica, eficaz y sostenida tarea que apunte a la diversidad de causas generadoras de estos accidentes. Cada uno aportando lo suyo.
El Estado, asumiendo su responsabilidad en el mantenimiento de las rutas, implementando en todos los niveles campañas de educación vial, controlando verdaderamente el estado de los vehículos en aquello que hace a la seguridad en el tránsito, haciendo cumplir la legislación vigente.
Los conductores tomando conciencia de las responsabilidades que implica conducir un vehículo de cualquier tipo, respetando las normas, actuando con prudencia al manejar, manteniendo su vehículo en condiciones óptimas.
Los medios de comunicación contribuyendo a generar esa necesaria conciencia de seguridad en materia vial.
Todos tratando de ganar esta guerra, en apariencia menor, pero no menos trágica.-