De pronto la nave central de la iglesia generalmente sumida en silencios monacales, de esos que suelen transformarse en murmullos, despertó bruscamente a los conjuros de voces y sonidos musicales que se propagaron por todos los resquicios del atiborrado ambiente. A partir del altar mayor, esas extraordinarias vibraciones se propagaron entre los bancos y ornamentos, tomaron impulso a partir de los vitraux, y se elevaron hacia los elevados confines que conducen al campanario. No era para menos; Había comenzado a manifestarse un programa lirico de primerísimo nivel. De esos que se escuchan con oídos muy atentos y se observan con miradas azoradas…
El multifacético Mauricio García, tuvo a su cargo la presentación del programa. Le cupo una tarea sumamente difícil de llevar a cabo, en un sitio sumamente sensible en lo que concierne a la acústica. En primer lugar, se presentó la soprano Julieta Fernández Alfaro, exponiendo su extraordinaria capacidad a través de un repertorio que satisfizo plenamente al atento auditorio.
Posteriormente, lo hizo el tenor local José Morales. Puede afirmarse sin temor a equívocos que anteayer sábado 9 de Julio, nuestro convecino hizo su primera aparición en público exponiendo su condición de cantante lirico, iniciando un camino sumamente estricto en lo referente a su paulatino enriquecimiento vocal. Su actuación fue celebrada y por ende muy aplaudida.
Completando el programa, participó el Coro de la Escuela Municipal de Enseñanza Artística e Idiomas, bajo la dirección de la pianista y directora María Fernanda Lalloz, con la asistencia de Pey Rodríguez. Fue notable aún hasta los más neófitos en el tema, el adecuado afiatamiento de voces que a la par de las cualidades de sus integrantes, pusieron en evidencia una muy responsable preparación a través de constantes ensayos.
Dejando de lado el repertorio que según escribimos oportunamente, estuvo conformado por piezas selectas del repertorio lirico internacional, nos vemos obligados a ser reiterativos en cuanto a la extraordinaria manifestación musical que se desarrolló en la Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, en adhesión al 156º aniversario de creación de nuestra ciudad. Resultó muy bueno,
tanto que sobrepasó con creces todos los “entendimientos” que pueden tenerse sobre la música lírica. Apelando a lo escrito por Amado Nervo en uno de sus poemas, “para estas cuestiones no es necesario saber ni el griego ni el latín…”
JULIETA FERNANDEZ ALFARO
Esta soprano nació en Buenos Aires, en el año 1989. A los siete años ingresó al Coro de Niños del Teatro Colón, donde encontró el cauce adecuado para su devoción por el canto. Fue solista en numerosas operas como “La Boheme”, “Juana de Arco”, “La Zorrita Astuta”, “El Retablo de Maese Pedro”, entre otras. A los catorce años de edad se retiró del Coro para continuar avanzando en su desarrollo musical a cargo de su Maestra en Técnica Vocal, Lucía Boero. Estudió música de cámara con el maestro Guillermo Opitz; y repertorio con Bruno D’ Astoli y Emmanuel Siffert. En el año 2014, Julieta Fernández Alfaro, se incorporó como solista a la compañía lírica “Juventus Lyrica”. Meses después ingresó al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Asistió al Opera Studio de la Academia di Santa Cecilia de Roma, con Renata Scotto, clasificando en las rondas locales del Concurso de Canto “Hans Gabor Belvedere” de Moscú 2017. En ese año ganó el concurso “Alejandro Cordero”, cantando en cuatro conciertos en Nueva York. También en ese año obtuvo la beca del Mozarteum Argentino para perfeccionarse en nuestro país con Rozita Zozoulia. Al año siguiente se graduó en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, ganando la beca para perfeccionarse en el exterior. Julieta Fernández Alfaro, residió en Viena, donde estudió con grandes maestros y tuvo el placer de cantar en el “Musikverein” con la Wiener Mozart Orfchester.
MARÍA FERNANDA LALLOZ
Cursó sus estudios en el Conservatorio de Música “Isaías Orbe” de Tandil, recibiéndose de Profesora Provincial de Piano y Directora Coral. Desde el año 1997 es integrante del Coro Estable de Tandil, bajo la dirección de Annele Moroder. Es pianista acompañante de diversos cantantes de nuestra ciudad, ejecutando desde folklore hasta música clásica. Ha perfeccionado sus estudios de folklore en piano y armonía con el maestro Marcel Perea, en Buenos Aires. Ha realizado varios cursos de dirección coral con maestros como Eduardo Correa, Ariel Alonso, Javier Laichman. Eduardo García Novelli, entre otros, y sesiones de lecturas corales en Tandil y Santa Fe. Fue becada para el “IVº Encuentro Nacional de Jóvenes” dirigido por el maestro Néstor Zadoff, en Resistencia, Chaco. Actualmente se encuentra como Ayudante de Catedra de la Dirección Coral en el Conservatorio “Isaías Orbe”, a cargo del Licenciado Pablo Bianchi. Es profesora de Dirección Coral, Práctica Coral y de Piano de diferentes niveles en el conservatorio “Isaías orbe”; Escuela Municipal de Estética de Ayacucho, y en la Escuela de Música popular. Es pianista y arregladora del grupo vocal e instrumental “La Trunca” de Tandil, y directora del Coro de Adultos del Conservatorio de Tandil y del Coro Municipal de Ayacucho.