Para nada fácil resulta poner en línea un pensamiento, tras una noticia triste, que descoloca. Ha muerto Angel Rodolfo Guisande, Pocho, un ser humano con un gran espíritu solidario, enorme jugador de fútbol que brilló en Sarmiento, en la gloriosa época de la tremenda sucesión de campeonatos logrados, en el selectivo local de los años 60 y en Santamarina de Tandil, hasta que una infortunada lesión le quitó brillo a sus gambetas endiabladas por el sector derecho del ataque, las que tenían un sello indiscutido. No obstante ello siguió aportando al rojinegro toda su sapiencia jugando varios años más en la máxima categoría y dirigiendo inferiores y selecciones juveniles.
Compañero de trabajo en LA VERDAD, donde desempeñó tareas como Jefe de Redacción en un equipo muy fuerte de periodistas y trabajadores de la gráfica capitaneados por el Dr Oscar Ignacio Albano, cuando se armaba a mano y se vendían diarios por todos los rincones de la ciudad, Pocho demostró su versatilidad detrás de una máquina de escribir, cosechando gran cantidad de amigos por su espíritu siempre dinámico y dispuesto.
Quien no recibió un favor de Angel Rodolfo Guisande, quien en más de una oportunidad relegó lo suyo en beneficio de aquellos que necesitaban una mano amiga. Acción que continuó en su conocida Impresora Guisande.
Con la salud quebrantada, en la jornada de la víspera dejó de existir este hombre bueno, enorme deportista y excelente padre. Descansa en paz estimado Pocho.
Oscar M. Albano.