Días después de que las históricas inundaciones repentinas arrasaran varios pueblos en el sur de Valencia, en la zona este de España, autoridades informaron que se registran más de 200 víctimas fatales y decenas de personas desaparecidas.
Mientras miembros de las fuerzas de seguridad y soldados trabajaban para buscar a un número desconocido de personas desaparecidas, se teme que muchas siguieran atrapadas en vehículos destrozados o garajes inundados.
Es que las recientes inundaciones en la región de Valencia han dejado un saldo devastador, con al menos 200 personas fallecidas y un número aún indeterminado de desaparecidos. Evangelina Artola, una rauchense que desde hace casi 20 años reside en Valencia, relató el impacto del temporal, el alcance de las inundaciones y el desastre que la naturaleza ocasionó.
“Nosotros estamos bien porque en Valencia capital no pasó nada, la suerte fue la desviación del río que hicieron en su momento. El nuevo cauce es donde estaba más complicado, pero eso fue lo que nos salvó”, relató Artola este viernes a Radio Eich. La desviación del río Turia, realizada hace décadas, ha sido crucial para evitar que la capital valenciana sufriera las peores consecuencias de las lluvias torrenciales, aseguró.
Artola mencionó que su casa de Llombai, situada en una zona elevada, no sufrió daños, aunque el río “está a solo cinco minutos caminando”. Agregó que su casa “está encima de la montaña, entonces ahí el agua no llegó”.
La situación en las carreteras es caótica, con muchas vías cortadas y controles de seguridad. “Mi marido se fue a Llombai para ver que esté todo bien. Habló con el Guardia Civil y le dijeron que hay muchísimos muertos más”, añadió Artola, reflejando la gravedad de la situación.
Las autoridades continúan trabajando en las labores de rescate y recuperación, mientras la comunidad espera más información sobre los desaparecidos. La tragedia ha dejado una profunda huella en la región, y la falta de una respuesta oportuna ha sido objeto de críticas por parte de los afectados.
UNA VIDA EN ESPAÑA
Evangelina llegó poco después de haber cumplido 20 años a España. Está casada y tiene dos hijos de 19 y 20 años. Ya transitó la mitad de su vida en Valencia, donde se desempeña como peluquera en un local propio en el centro de la ciudad.
Evangelina, vive en la zona de las montañas en una pequeña localidad que se llama Llombai y que está distante a solo tres kilómetros de Valencia. En Rauch tiene a su familia. Sus padres y hermanos. En febrero visitó la ciudad a la que suele venir cada tanto.
“Esperemos que salga el sol”, dijo a la distancia. Y cerró: “siempre un abrazo a todos. Lejos en la distancia pero cerca en el corazón”.
Fuente: Las Nueva Verdad de Rauch