Argentina, nuestro país, es un sitio de privilegio en el mundo. Dice la leyenda que es el mejor por lejos, al que Dios le puso los argentinos. Nada menos. Claro que nunca la felicidad es completa.
Generoso por donde se lo mire, dotado de terrenos fértiles, donde las explotaciones ganaderas, agrícolas, mineras otorgan riquezas incomparables, con paisajes de encanto y turismo que el mundo observa con avidez. Playas, sierras, nieve, escenarios para todas las estaciones, la mejor gastronomía, pero sin dudas la deficiente conducción política a través de los años, han hecho que hoy estemos en un lugar indeseado. Así es, uno de los países de encanto, con los argentinos de contrapeso. No todos.
De lo contrario como puede ocurrir que la economía tome temperatura, que nada alcance, que el riesgo país vaya por las nubes, el dolar a velocidades disparatadas. Como puede ser?
Y todo puede ser en Argentina, porque aquí se castiga al empresario que es quien genera trabajo y divisas y se premia a un político inepto con más de 300.000 pesos de sueldo, a lo que se debe agregar el gravoso gasto de su corte de asesores.
Y si puede ser porque apenas un jubilado que trabajó toda su vida recibe migajas de 15.000 pesos.
Y si porque es un país que está lleno de corruptos y ñoquis, en donde los que trabajan y tiran el carro son los menos.
Y si porque en vez de fomentar, se apremia con impuestos. Porque se gasta más de lo que se genera.
Porque nada ha cambiado y todo está como era entonces.
OMA