Los ayacuchenses hemos dejado atrás un año que nos ha sobrecargado anímicamente por los golpes recibidos en la economía y la salud.
Se ha transitado por una pandemia que nos obligó a extremar cuidados y redoblar esfuerzos para evitar contagios y sostener nuestras fuentes laborales.
Fue una permanente prueba de ensayo y error, con cambios y situaciones límites que preocupan y agregaron incertidumbre a las propias de la vida.
En el camino quedaron amigos, sucumbieron negocios que difícilmente puedan retomar su marcha normal. No pocos tuvieron que reinventarse. Siempre se dijo que tras las crisis emergen situaciones que reconfortan y aquí debemos detenernos para resaltar el espíritu valiente y solidario de la gran mayoría de los vecinos, con las lógicas marginalidades del caso. Las que siempre aparecen. Pero el grueso, el gran porcentaje demostró su enorme responsabilidad y empatía a la hora de actuar en el seno de la sociedad.
Han quedado marcas y la lucha continúa, por lo que no habrá que declinar a la hora de cuidarse, mantener el distanciamiento y la higiene permanente para evitar males mayores. Lo sabemos, lo hemos aprendido desde marzo último atravesando esta inesperada pandemia.
Ayacuchenses a seguir dando batalla codo a codo, acatando las medidas de quienes nos conducen. Así nos irá mejor en todo sentido, vacuna mediante. Trazando un paralelo, hoy estamos en el medio de un río correntoso. Si miramos hacia atrás vemos la orilla lejana y no cerca hacia la que vamos!!! regresar jamás, debemos valorar lo hecho hasta ahora y entender que falta menos, pero hay que seguir!!!.
A vivir con responsabilidad y disfrutar en la medida de lo posible este recién nacido 2021!!!.
Salud!!!