Running en tiempo de coronavirus: Triunfo de Sergio Hoffman

Dice el colega matutino La Nación referido a una prueba atlética virtual realizada con participantes de todo el país, con la modalidad de ser filmado cada competidor en forma directa por un equipo de colaboradores e iniciando la prueba al mismo tiempo. Veamos.

Por todo el país
Una carrera a pie de 10 kilómetros que transpira con 2º centígrados, pero llega a una sensación térmica de 28, que larga en Tres Isletas (Chaco), pasa por Esquel (Chubut) y llega hasta México, Uruguay y Guatemala, bordea la nieve y el mar, solo podía ser concebida en un planeta trastocado por la pandemia que agudiza su ingenio al máximo para seguir sintiendo, como sea, algo de libertad.

Los atletas keniatas que persiguieron «rivales imaginarios» en un medio maratón virtual
El running, con esas multitudinarias carreras de calle parece tan lejano como los saludos con un beso en la mejilla. Incluso un trote recreativo en solitario está en el banquillo de los acusados y divide a medio país. Pero en una noche de insomnio, Francisco Varde no dejaba de repetirse «algo hay que hacer para que los corredores de elite puedan medirse, mostrar sus sponsors y ganar un mango». De ese desvelo nació 10k Río RT, la carrera en solitario y simultáneo, transmitida en vivo y con premios en efectivo, que se disputaron varios de los mejores atletas del país y sumó runners hasta de Centroamérica y con la presencia de muchos esponsors ligados al running, marcas de zapatillas, chalecos de hidratación e indumentaria deportiva.

«La propuesta me interesó mucho», explica Alan Niestroj, sub campeón nacional de 5.000 metros «estuve 100 días sin poder entrenar, por lo que me era un gran incógnita mi nivel deportivo». El corredor de Malvinas Argentinas fue uno de los nueve atletas que formaron el «grupo de elite». Con una reglamentación especial: deberían ser trasmitidos en vivo por Zoom todo el recorrido por un asistente, largarían una hora antes que los amateurs y se disputaban más de 10.000 pesos en premios. «En sí, esta sería mi primer carrera del 2020», se sorprende Alan que se pasó el verano entrenando en la altura de Cachi (Salta), para los compromisos internacionales, que al final se suspendieron.

El domingo a las 9:50 de la mañana se abrió la transmisión y nueve cámaras se prendieron en todo el país. El público entraba a la reunión de Zoom pero también se retransmitía por Instagram. Así pudieron ver a Luis Avedaño bajo el cielo despejado de Catamarca, a Juan Cavilla desafiando las nubes Río Colorado (en Río Negro) o a Soledad Quiñones lista para largar en Basavilbaso (Entre Ríos). A las diez en punto largaron con 10.000 metros por delante y el ojo del celular como fiscal de la prueba. «Me sentí muy acompañado por mi equipo», afirmaría luego Avedaño desde Catamarca, no fue para menos, reunió una camioneta llena de amigos y una ambulancia que lo perseguía, filmado por dos cámaras y alentado por toda la banda. A 670 kilómetros de distancia, Rodrigo Zorrilla, en Tres Isletas, era acompañado por su novia y una sensación térmica de 28 grados. «La verdad se complicó para tomar agua», reconoció más tarde Rodrigo «ella, o tenía el celular o me daba la caramañola», fue recién al terminar los 10 kilómetros que recuperó el aliento, y apagó la sed.

Ya con la carrera en marcha, los atletas desconocían por completo del avance de sus oponentes, pero incluso para los locutores de la transmisión no era sencillo saber el ritmo, por lo que se resolvió de una ingeniosa forma. Cuando llegaban a cada kilómetro par, los asistentes tapaban la cámara unos segundos y esa era la señal para saber cuánto del recorrido ya había quedado atrás. «Me decidí a realizarlo hace dos semanas», explica Francisco Varde, el organizador y director del Río Running Team «busqué ideas de otras experiencias acá o en Brasil y le aporté algunas nuevas». Una novedad fue la transmisión en vivo, que llevó no solo al sistema de señas, sino a disfrutar de una cámara para cada competidor y que el público que los seguía por Zoom eligiera qué atleta ver a cada instante.

Notable triunfo de Sergio Hoffman

El final fue digno de las carreras más competitivas del calendario de calle. En solo 41 segundos se definió el podio. Niestroj se llevó el tercer puesto con 32m50s, segundo fue Félix Sánchez (9º argentino en la última maratón de Buenos Aires) con 32m23s y el ganador se impuso en Tandil, Sergio Hoffman paró el reloj en 32m09s, marcas que no tienen nada que envidiarle a una buena competencia tradicional. «Ni me imaginaba que iba primero», reconoció Hoffman sobre su resultado «fue una muy buena forma de ver qué tan en forma estoy», bromeó el ganador de La Tandilia 2016 y la media Maratón de Buenos Aires 2009. A 680 kilómetros de distancia Soledad Quiñones también sonreía, había sido la mujer más rápida de la mañana con 38m03s. Fue la más rápida y la única que se animó al desafío, pero no por eso subestimó la prueba, salió a correr al máximo y logró un tiempo que le permitiría ganar más del 80% de las carreras de la Argentina.

El tiempo de los runners
Luego de disfrutar la competencia de los atletas de elite, los amateurs salieron con la motivación a tope para realizar su propia carrera. Esta también tendría clasificación, incluso dividida por categorías de edad, pero al no tener premiación en efectivo no se requería de una filmación que lo acredite y se confiaba en la buena fe y el GPS de cada corredor. «Realmente nos sacó de la pachorra», se sincera Silvia, kinesióloga de San Martín «fui tranqui, escuchando música. Lo tome así, porque hacía un montón que no corría diez kilómetros. Me siento muy feliz, porque el día estaba más para Netflix y pantuflas». Fue una de las más de 50 inscriptos en los 10k de Río RT. Que entre las 11 y las 18 (hora límite) impulsó a corredores en Santa Cruz, San Luis, Catamarca, Tucumán, Entre Ríos, Chaco, Buenos Aires, La Pampa, Misiones, Río Negro y Santa Fe, pero también en México, Uruguay y Guatemala.

Cynthia Duflos y  Claudia Fonseca en Esquel
«El mayor premio en esta carrera fue la sorpresa que me dieron mi esposa y mi hijo», cuenta Daniel Lorenzo, desde Merlo, San Luis «sin avisarme me esperaron en la llegada y me acompañaron en los últimos 500 metros, fue muy emocionante para mí». La familia Lorenzo cruzaba la llegada imaginaria con 25 grados de temperatura mientras que a 1.552 kilómetros mientras el termómetro gritaba 3 grados, Cynthia Duflos y Claudia Fonseca en Esquel era las mejores amateurs, ambas con 45m05s, incluido el hándicap de 10 segundos que se le otorgaba a todos los corredores de la Patagonia por clima hostil.

«Nació como una locura en una noche de desvelo», reconoce Francisco Varde «y nos terminó sorprendiendo a todos lo bien que salió. El agradecimiento de la gente y como ya están pidiendo una segunda edición». Y esta no se va a hacer esperar: el 6 de septiembre ya está marcada la revancha. Esta vez serán los 5k Río RT, de una carrera de altísimo nivel, que cualquiera puede seguir en pantuflas

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