Multicampeón como jugador, cumplió otro sueño: gobernará al club hasta el 2027. Causa y efecto…
El peso de su figura tuvo una influencia marcada, decisiva: su pasado como jugador, su chapa de ídolo máximo de Boca, su vínculo con el hincha y su grieta con Mauricio Macri, jugaron. Porque la realidad es que su campaña no abordó dos temas esenciales: no anunció al nuevo DT (que igualmente será Diego Martínez) ni presentó algún proyecto para la Bombonera (dijo sí, que hablaría con los vecinos para ampliar la capacidad, pero no mucho más)…
¿Cuáles? Desarrollar una nueva aplicación para reemplazar a soysocio.com a la hora de sacar entradas, construir un polo gastronómico en la Bombonera y sortear viajes para los partidos, entre otras. Movidas que, si no fuera por su figura, porque él mismo se cargó la elección al hombro, no hubieran cambiado sustancialmente el escenario. Por todo, su idolatría se terminó imponiendo por sobre su gestión. Y por eso también ganó.
Después, su lucha contra la judicialización de la elección que propuso la oposición, con dos medidas cautelares (una que suspendió la elección y la otra que ordenó separar 36 mesas por los socios objetados) también jugó en favor de su causa y hasta inclinó el voto de los indecisos, molestos por la demora de las elecciones y el escritorio. En ese sentido, dio pasos estratégicos, como participar de la movilización del domingo 3, como un hincha más. Cantó, saltó, habló, jugó…
Se visualizó ganador de entrada
Riquelme siempre se sintió ganador. Desde ahí también fue modelando su triunfo. Incluso, antes de que Mauricio Macri se sumara directamente a la contienda histórica, primero habló de ganar 85% a 15 si Carlos Tevez participaba de las elecciones para la oposición.Luego, subió la apuesta al famoso 95 a 5 y hasta dijo que «por lógica no tendría que haber elecciones». Y en la previa al recuento, este mismo domingo, no se apartó de esa línea.
«Vamos a ganar, no hay dudas, todo lo saben», dijo al salir de votar. JR estuvo exhultante durante toda la jornada, entró a la mesa de votación cantando y haciendo pogo con los hinchas y la seguridad que lo acompañaban, en contrapartida con un Andrés Ibarra que tuvo que poner la carita casi en soledad (lo acompañó Martín Palermo, le dio su apoyo el presidente Javier Milei y no mucho más), con una ausencia de Mauricio Macri que hizo ruido en propios y extraños…
Y cuando empezaron a caer los votos a favor, después de un arranque parejo, la realidad se impuso. Acompañado por la banda de sonido del “Riquleme presideeente”, fueron abriéndose una a una las urnas que consagraron a Román.