El espíritu del periodista manda y cuando siente necesidad de expresarse rápidamente se dispone a utilizar la computadora u otro medio para hacer conocer su opinión. Antes tecleaba una vieja máquina. Es un momento, como el tiempo de quien compone una canción que se utiliza, porque la idea que vino a la mente, sigue su camino.
Leí atentamente el parte de la jornada de la víspera y automáticamente me remonté al 17 de marzo, día que un amigo me invitó a cenar a su casa porque festejaba su cumpleaños. Ya rondaba el tema del coronavirus, hacía unos días que se había postergado la realización de la Fiesta del Ternero y luego de pensarlo un poco decidí no ir. Opté por cuidarme, sin mayores conocimientos sobre este tema que nos viene ocupando.
Puse por delante la prevención y el aislamiento en un momento en que el virus andaba más o menos a 1000 kms de Ayacucho. Marzo, abril, mayo, junio, julio, casi cinco meses transcurridos en que uno se cuida, acata las disposiciones, no puede estar el tiempo que desea con sus seres queridos, amigos, desempeña tareas fuera de la normalidad, no puede viajar, ir a pescar, uno de mis favoritos, etc, etc, encerrando muchas otras actividades que podrán imaginarse. Lo mismo ocurre con otros amigos y amigas que se manejan con responsabilidad ciudadana, al igual que tanta gente.
Los de mi edad estamos jugando tiempo de descuento, si bien respiramos, está claro que no es una etapa de vida plena. Dista mucho de esa condición.
Por culpa de, creo unos pocos, que violan las reglas, realizan reuniones, olvidan sus barbijos, el aislamiento social y los protocolos básicos de un cuidado normal, seguimos respirando pero no viviendo, encerrados la mayor parte del día, perjudicados también por la debacle económica que azota nuestros negocios, lo que agrega incertidumbre, angustia y por ende cansancio mental.
Digo yo, y no le escribo a radicales, peronistas, macristas, conservadores, progresistas, a pensadores de izquierda o derecha. Tampoco a los K, ni a los comunistas, pobres o ricos…. Sí a los habitantes del mejor pueblo del país, por lo menos para mí. Y les digo que el que no quiera cuidarse, el que desee participar en fiestas masivas, emborracharse, prender fuego el tapabocas y no respetar la distancia, que lo haga. Cada uno es libre y responsable de sus actos, pero que para ello alquile una propiedad en un sector separado de la ciudad y haga lo que se le venga a la mente, pero lejos y se quede a vivir allí. Que no se mezcle luego con los habitantes que acatan las disposiciones vigentes y no merecen estar expuestos por conductas y excesos de irresponsablidad.
Lo digo porque de esta manera esto no termina más. Vamos a estar en enero esperando el parte y también la bolsa de alimentos porque no va a quedar un negocio en pié.
También quiero decir, que advierto que la situación va virando para mejor y que aquí no incluyo a amigos que han dado positivo de covid-19 y han observado conductas totalmente lógicas.
Superamos ya los 120 días…Apoyemos a quienes nos cuidan, es por todos. Como?, actuando como ciudadanos. Basta por favor !!!!!
Responsabilidad.