Como lo hemos hecho con la casi totalidad de los emprendimientos públicos que se han efectuado en los últimos años en nuestra ciudad y partido, generalmente a cargo del municipio, no fuímos ajenos a la remodelación que se efectuó en la plaza «Cristóbal Colón», al retirarse los bancos antiguos de madera, visiblemente deteriorados, y construirse los reemplazos de hormigón que tienen incorporados una especie de canteros para ubicar plantines de flores y otras especies pequeñas.
A breves rasgos, ese es el detalle preponderante en ese tradicional paseo que en gran medida acompañó en su proyección a la plaza principal «Gral. José de San Martín». Reconocida popularmente como «la plaza de la estación y de la escuela Nº 7», albergó entre sus corpulentos y frondosos árboles exóticos (varios desaparecidos) a las numerosas generaciones de habitantes del sector este de la ciudad, conformadas en su gran mayoría por empleados ferroviarios a partir de la década de 1890.
Pues bien, la plaza «Cristóbal Colón», con sus nuevos bancos de cemento y el veredón reparado totalmente, ofrece una postal sumamente renovada y positiva. Es posible observar en hora tempranas y del atardecer, a numerosas personas que aprovechan la extraordinaria sombra de la arboleda para descansar o bien caminar a gusto y placer, mientras los niños y jovenes corretean seguros y libremente.
A estas plausibles mejoras solo les faltaría la recuperación del monumento a Cristóbal Colón, el navegante genovés que después del invento de la «diversidad cultural» por parte de unos cuantos libres pensadores argentinos, cayó en desgracia, a tal punto que pintaron la base del monumento con expresiones que afortunadamente se encuentran semiborradas.
Si se recupera ese testimonio pronto a cumplir su centenario (1922), complementado con una mejor delimitación de canteros y espacios con flores, la obra estaría super completa, como para sumarle aplausos a los que actualmente recibe el gobierno comunal por lo ya hecho.