Muchos habitantes, vecinos de la ciudad, insisten en la necesidad de relevar distintos sectores de Ayacucho para ordenar temas que refieren a estética y porque nó a salubridad.
Debido a ello se insiste en que el gobierno municipal es el responsable de poner en orden la belleza y limpieza del casco urbano y sus adyacencias. En parte la opinión es valedera, claro que no en todo su concepto.
Se habla que los ingresos a Ayacucho muestran situaciones que se acercan a la dejadez y el abandono, producto de actividades que no deberían permanecer tan a la vista de quienes van arribando a la ciudad.
Hoy mostraremos un caso en pleno centro que explica en parte que la culpa es bastante compartida con el frentista, al que sí debe advertirse so pena de implantar una multa ejemplificadora.
Sentados cómodamente en la esquina más tradicional de nuestra ciudad Irigoyen y 25 de Mayo, sitio donde se yergue altiva la confiteria El Buen Gusto, ( para muchos el segundo hogar), el de los encuentros con los amigos para compartir un café y porque nó el de los primeros amoríos de tantos habitantes de nuestro querido Ayacucho.
Decíamos instalados en » La Catedral» no es difícil observar en la vereda de enfrente ( foto) la dejadez de los pastos que afean el lugar, junto a la basura que allí se junta. Pleno centro.
Eso sí está muy mal y va en contra de las mejores costumbres, el aseo de las veredas y calles, pero es una total irresponsabilidad del frentista, a quien ( como opinamos) se le debe informar del problema y obrar en consecuencia.
Por ello decimos esta vez. El municipio debe tomar cartas en el asunto, pero la responsabilidad de erradicar esa basura es exclusivamente del dueño de la edificación del lugar.
Pongamos las cosas en su debido sitio y para criticar es necesario partir de bases sólidas y dar el ejemplo. Lo que no todos, devenidos en periodistas, hacen.