Nos mandaron a la cocina….

Entre los variados temas que compartimos con Nilda Martiren y Gustavo Taylor, durante la visita que estos convecinos efectuaron el lunes a nuestra casa, no estuvo exenta la jocosidad generada por el suceso sobre el que escribimos seguidamente. Ocurrió durante la elección desarrollada el sábado 2 de octubre, en la que triunfó la lista VERDE encabezada precisamente por Gustavo Taylor.

Fieles cumplidores de nuestra tarea, asistimos al galpón de espectáculos “Dionisio Schoo Lastra” a la hora 19.55, con el objeto de ingresar antes que cerrara el comicio. Lo que fue un “Craso error”: éste terminó a la hora 20.40. Cuando solicitamos autorización para ingresar, después de un breve “cabildeo” entre varias personas cuyos nombres no importan, se nos indicó el salón de la cocina, donde había tres filas de asociados aguardando para depositar sus respectivos votos.

No pusimos objeción. A poco de aguardar, fueron arribando varios representantes de medios colegas, con quienes entablamos una amena charla sobre cuestiones de poca monta. Cuando se escuchó el aplauso premiando la ardua tarea de presidentes, fiscales de mesa y numerosos ayudantes logísticos, comenzamos a preocuparnos porque desde ese lugar no íbamos a tener el adecuado acceso a las informaciones relacionadas con el recuento de los votos, y lo que era determinante, el resultado. No es la primera vez que se nos relega.

De a poco, tímidamente, comenzamos a “asomarnos” al galpón, comprobando que estaba librado a un sinnúmero de pequeñas charlas “a boca de urna”. Ampliando, el escrutinio se estaba realizando ante una numerosa concurrencia, pero se habían olvidado de la gente de prensa. Cautelosamente, los periodistas más jóvenes y audaces, mirando como al descuido, fueron ganando posiciones hasta mezclarse entre el gentío. No tuvimos otra alternativa que seguirles los pasos.

De esa manera y cuando la incansable y eficiente dirigente Liliana Iriarte, tuvo en sus manos los números finales, los dio a conocer sin más dilaciones, como correspondía a un acto de esa envergadura.

Todo bien entonces, pero cabe pensar que si hubiésemos obedecido a rajatabla el “esperen en la cocina”, otro hubiese sido el cantar. Sin la mínima pretensión de recibir favoritismos o prioridades, cabe entender que quienes tienen la responsabilidad de mantener informada a la comunidad, deben trabajar lo más cerca posible del hecho a cubrir.

En síntesis, al episodio narrado lo consideramos “un yerro” generado por el nerviosismo imperante. A la par, desde el año 1969 (primera edición de la Fiesta Nacional) a la fecha, estamos acostumbrados a recibirlos. Para colmo de males, en la cocina no había ni yerba, café, nada.
Y aquí viene al caso decir que en el transcurso de los años, hemos servido de escalera para jóvenes dirigentes con apetencias de «arribar a la meta deseada», convocados y también dejados de lado, una vez cumplido el objetivo.
Recordamos a modo de ejemplo, sin ingresar en las pobres remuneraciones desde siempre, en una anécdota que pinta de cuerpo entero lo que afirmamos hoy y que roza con habernos mandado a los baños.
Corría una noche de aspirantes, por esos años denominada Coctel de Reinas y un alto dirigente, quizás por añadidura familiar, se acercó a la mesa de periodistas, muchos hoy redactando sucesos en el cielo de los buenos, y enérgicamente nos dijo que esa no era la mesa nuestra, » es de las reinas visitantes, deben levantarse»… y adonde vamos? se preguntó a coro, habiéndonos servido algunas copas y atacada con furia leonina la exquisita picada, oro en polvo para un plantel de periodistas famélicos y agotados por la intensa labor de la semana….la respuesta fue tajante, » no tienen mesa destinada, busquen en sectores donde sobren sillas !!!!
Claro está decir que el sábado el dirigente que nos dio tan lamentable noticia fue destruido casi como el cacique Tupac Amaruc, ocupando los principales sitios de diarios, radios y canales, recibiendo lo que tenía merecido.
Por eso el maltrato viene de lejos y estamos acostumbrados a ellos. Afortunadamente son los menos. Justo será decir que somos muy bien considerados por la mayoría.

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