“No se puede hacer más lento”: fue un fin de semana para recordar a René Lavand en Tandil

Cuando se cumplen 10 años de la muerte del ilusionista, la familia abrió su casa en un evento especial y se hará un show en un teatro con entrada libre.

Este viernes se cumplieron 10 años del fallecimiento de uno de los tandilenses más icónicos, el ilusionista René Lavand, y la ciudad serrana preparó un fin de semana cargado de homenajes. Su familia llevó a cabo “Renacer”, un evento en el que abrieron al público en general las puertas de “Milagro Verde”, la casa donde Lavand vivió. Y el sábado se realizó un espectáculo de ilusionismo en el Teatro del Fuerte con invitados de categoría internacional.

En diálogo con El Eco de Tandil, Lauro Lavandera, el hijo del ilusionista, comentó: “Él eligió vivir en Tandil, eligió vivir en esta casa más de la mitad de su vida pudiendo haberlo hecho en distintos lugares del mundo, pero eligió quedarse en ‘Milagro Verde’. Donde iba hablaba de Tandil, explicaba por qué Tandil era su lugar, su vértice, desde donde miraba el mundo y se percibía a sí mismo. Por eso llamamos a este día ‘Renacer’”.

Lavandera añadió: “Diez años nos pareció una fecha simbólicamente importante. Las puertas de la casa estuvieron abiertas para la ciudad, y hemos invitado a algunas personas del ilusionismo y amigos. Diez años es un número importante, y un encuentro para recordar es abrir una puerta a algo que viene nuevo”.

“Renacer René Lavand. A 10 años de su partida, Milagro Verde abrió sus puertas por única vez en un encuentro abierto, íntimo, genuino, sin producción ni show de por medio. Una experiencia inolvidable para quienes asistieron”, apuntaba la invitación para la actividad que se realizó el viernes de 19.30 a 21.30 horas.

El lugar es un espacio con un amplio parque y una enorme diversidad de plantas y árboles. En el centro está ubicado el vagón que hizo instalar Lavand en el año 1995. Aún se conserva tal cual como el ilusionista lo dejó, con su paraguas, algunos cuadros, sus copas, botellas y una carta de póker que asoma entre las maderas del techo