Escribe: Eduardo A. Volonté.-
Se celebra el 23 de septiembre el Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer.
La fecha recuerda la promulgación de la Ley 13.010 por la cual quedaba implantado el voto femenino en Argentina.
Culminaba así una intensa brega de Eva Perón, cuyo impulso y decisión hiciera posible que se concretara ese viejo anhelo de generaciones de mujeres.
La Ley, sancionada el 9 de septiembre de 1947, en su artículo 1º expresaba “Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos”.
Tuvieron que esperar hasta los comicios del 11 de noviembre de 1951 para poder ejercer ese flamante derecho igualatorio, pero ya era una realidad.
Claro que esta conquista, como cualquier otra, no fue un producto espontáneo ni tampoco mérito exclusivo del gobierno justicialista de entonces, sino el resultado de una larga y dura lucha que comenzó mucho antes, y que incluso ya había consagrado el voto femenino en la década del 20.
Las precursoras
Ya el 23 de noviembre de 1911, Julieta Lanteri, una singular impulsora de los derechos femeninos, había logrado ser inscripta en los registros electorales y votar en esa fecha. Años después, en 1919 formó su propia agrupación, el Partido Feminista Nacional, y se presentó como candidata a diputada nacional.
También antes otras organizaciones habían impulsado campañas por los derechos civiles y políticos de las mujeres. Entre ellas, el Centro Socialista Femenino, fundado en 1902; la Unión Feminista Nacional que presidía Alicia Moreau de Justo; el Centro Feminista creado en 1905 por Elvira Dellepiane de Rawson; El Comité Pro Sufragio Femenino; la Asociación Pro Derechos de la Mujer, donde participó Alfonsina Storni.
Proyectos legislativos
Hasta su concreción en 1947, las iniciativas parlamentarias para imponer el voto femenino habían recorrido un largo e infructuoso camino.
El diputado socialista Alfredo Palacios en 1911 (al año siguiente se sancionaría la Ley Sáenz Peña de voto secreto y obligatorio para los hombres) presentó el primer proyecto que no fue tratado. Lo que no sorprende, ya que el Código Civil vigente consideraba incapaces a las mujeres.
Palacios presentaría décadas después -en 1935 y 1938- similares proyectos.
Fue el diputado radical por Santa Fe, Rogelio Araya, quien el 25 de julio de 1919 impulsó un completo proyecto de emancipación civil de la mujer.
En 1926 Leopoldo Bard, diputado radical, fundador del club River Plate, autor de un proyecto de ley de divorcio, presenta otro implantando el derecho al sufragio femenino.
El Club Argentino de Mujeres volvía en 1929 a la carga con el pedido de derecho al voto. También ese año el diputado socialista Mario Bravo insistió con un nuevo proyecto que por el cierre del Congreso por el golpe de 1930, recién fue tratado en 1932, siendo aprobado en la Cámara baja pero rechazado en el Senado.
La historiadora Silvana Palermo, ha expresado que “la cuestión del sufragio femenino desde fines de 1910 hasta 1930, correspondería fundamentalmente a la iniciativa de la Unión Cívica Radical. Durante la primera experiencia democrática del país, cuatro de los seis proyectos de reconocimiento a los derechos políticos de la mujer correspondieron a legisladores radicales.”
Desde aquel proyecto de Palacios de 1911 hasta la sanción de la Ley el 9 de septiembre de 1947, se presentaron 22 iniciativas legislativas sobre el tema.
Vote Señora
La constitución demócrata progresista de Santa Fe del año 1921 fue pionera en el país reconociéndoles a las mujeres este derecho en el ámbito municipal, el que se ejerció por primera vez en las elecciones de 1926.
Pero donde el voto femenino tuvo su debut más amplio fue en la provincia de San Juan en 1928. Ya en 1864 en esa provincia, siendo Gobernador Domingo F. Sarmiento, se permitió por ley a las mujeres votar en las elecciones municipales.
A escasos días de asumir su cargo, el gobernador Aldo Cantoni, quien junto a su hermano Federico, también gobernador, fueran indiscutidos caudillos y fundadores del fuerte partido provincial Unión Cívica Radical Bloquista, convocó a elegir constituyentes, los que dieran forma en 1927 a una nueva constitución que otorgaba a las mujeres iguales derechos y obligaciones que a los hombres en materia electoral.
Así, el 8 de abril de 1928, las mujeres votan allí por primera vez, registrando una participación del 97 %.
Debieron pasar casi veinte años, para que ese derecho tomara forma y se concretara en el plano nacional, pero la lucha dio sus frutos y el voto femenino pasó a ser una realidad y algo tan natural, que cuesta a veces desde el presente, entender cómo era posible negar ese derecho.
Fue el 11 de noviembre de 1951 cuando las 4.222.467 mujeres que representaban el 49 % del padrón electoral, pudieron votar a nivel nacional por primera vez. Lo hizo el 90,32 %.
Hoy el voto femenino es una realidad. Sin embargo, su concreción no fue fácil, por eso cobra mayor relieve la difícil y por momentos solitaria lucha que en su favor llevaran a cabo tantas mujeres y también hombres a lo largo de nuestra historia política.-