Son el delfín franciscana, el ciervo de los pantanos, el venado de las pampas, el cauquén colorado, la iguana de cobre, la lagartija de las dunas, el árbol de cristal y el cerro Ventana. (Fotos: @ambienteprovincia)
Delfín Franciscana
La franciscana o delfín del Plata (Pontoporia blainvillei) es uno de los delfines más pequeños y más raros del mundo: mide entre 1.30 y 1.75 m de largo. Su rasgo más característico es el hocico que es extremadamente largo y fino en los ejemplares adultos. Se lo llamó así por el color de su piel, en tonos marrones, que recuerda a los hábitos de los monjes franciscanos.
Ciervo de los pantanos
En Sudamérica, se los encuentra en el centro, oeste y sur de Brasil; sudeste de Perú, este de Bolivia y Paraguay; en Uruguay ya se lo considera extinto. En nuestro país actualmente se los puede encontrar en la zona Delta bonaerense (Zárate-Campana-Delta en Formación) como así también en las provincias de Entre Ríos y Corrientes.
El ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), ciervo de las marismas, ciervo del Delta o ciervo isleño, es también llamado guasúpukú o guazú pucú (ciervo grande) en idioma guaraní; ch’iwase, iwase o wase en lenguawichí; epelve en mocoví; calimgoenqom (toba).
Es el ciervo más grande de Sudamérica y uno de los más grandes mamíferos terrestres de la provincia de Buenos Aires. Los adultos llegan a pesar unos 150 kilogramos. Pueden alcanzar unos 2 metros desde la cabeza a la cola y una altura de hasta 1,30 metros a nivel de la cruz. Tienen pelaje pardo rojizo y negro en las patas. Los machos desarrollan grandes astas.
La destrucción de su hábitat tradicional y la caza son las principales amenazas que enfrentan sus poblaciones. Fue declarado monumento natural de la provincia de Buenos Aires a través de la Ley 12209.
Venado de las pampas
También conocido como “ciervo pampero, venado pampero o ciervo campero”, el venado de las pampas (Ozotocerosbezoarticus) es un pequeño cérvido que tuvo una amplia distribución en los pastizales sudamericanos.
Durante gran parte del siglo XIX fue intensamente perseguido por su cuero, llegando a exportarse más de 2.000.000 de cueros entre 1860 y 1870. Esta sobreexplotación para el uso de cueros y consumo de carne, sumada a la modificación de gran parte de su hábitat por la intensificación de la agricultura y la ganadería, han provocado una fuerte reducción en el número de ejemplares.
En la actualidad la provincia de Buenos Aires cuenta con una población de aproximadamente 150 a 200 individuos distribuidos únicamente en la Bahía Samborombón, desde el sur del Río Salado hasta la ría de San Clemente del Tuyú.
Los machos adultos alcanzan 70-75 cm en la cruz, con un peso aproximado de 30-40 kg, siendo las hembras ligeramente menores. El pelaje es color bayo claro en su parte dorsal y los flancos, mientras que el vientre y la parte inferior de la cola es de crema claro. Sólo los machos presentan astas de unos 30 cm de longitud, con tres puntas, producto de una ramificación en la base de la misma, que se renuevan cada año.
En el pasado, los principales depredadores naturales del venado además del hombre, fueron el puma y el yaguareté. Hoy los principales factores que amenazan la supervivencia de la especie son la pérdida de hábitat, la cacería ilegal de fauna silvestre, la introducción de especies exóticas, (como por ejemplo el ciervo axis, con el cual compite por el uso del hábitat y el alimento), la presencia de chanchos silvestres (son fuente de posibles problemas sanitarios, predador de las crías del venado y atrae a los cazadores), la competencia con el ganado doméstico, la transmisión de enfermedades (aftosa y clostridiosis) por parte del ganado doméstico y las especies exóticas.
Cauquén colorado
Es un ave migratoria que habita en la región patagónica de Argentina y Chile y, que entre mayo y septiembre viaja hasta el sur de la provincia de Buenos Aires – los partidos de San Cayetano, Tres Arroyos y Coronel Dorrego-, donde tiene su área de invernada.
El cauquén colorado o avutarda (Chloephaga rubidiceps) es un ave de la familia de los patos que habita pastizales y zonas abiertas. Se lo puede reconocer por su cabeza y cuello castaños en la parte superior y patas anaranjadas.
La marcada reducción de su población –se estima que quedan unos 900 ejemplares– se debe sobre todo a que durante muchos años fue considerada una especie “plaga” que causaba daños en los cultivos, por lo cual se promovía su caza y la destrucción de sus nidos. Fue declarado como Monumento Natural bajo la Ley 12.250,
Iguana de cobre
Este reptil, parecido a una robusta lagartija, mide aproximadamente unos 26 centímetros de largo total, de los cuales 11 pertenecen a su cuerpo y los restantes 15 a su cola. La iguana de cobre (Pristidactylus casuhatiensis) tiene su hábitat solo en las Sierras de la Ventana por eso es una especie totalmente única.
Se encuentra principalmente en cumbres rocosas a partir de los 600 metros de altura y se muestra activa entre los meses de septiembre a marzo. Pero su actividad también depende del clima, ya que como otros animales ectotérmicos (serpientes por ejemplo.), regulan su temperatura corporal con las condiciones del ambiente y no toleran ni el calor ni el frío extremos. Es una especie muy vulnerable a la desaparición por lo que fue declarada Monumento Natural Provincial mediante la Ley 14.959).
Lagartija de las dunas
Es una especie endémica de la Costa Atlántica de Buenos Aires y el extremo noreste de la provincia de Río Negro. Debido a su comportamiento de «nadar en la arena», requiere de un tipo particular de duna, lo que la convierte en una especie sumamente específica ecológicamente: necesita de sectores de dunas vivas con escasa cobertura vegetal.
La Lagartija de las Dunas (Liolaemus multimaculatus) está amenazada por la modificación de su hábitat específico como la expansión de las plantaciones forestales, que no tolera ni utiliza. La erosión costera y el aumento del nivel del mar resultado del Cambio Climático Global también son amenazas adicionales.
Fue declarada Monumento Natural por la ley provincial 14.960 para velar por su conservación, no sólo a nivel local sino también mundial.
Árbol de Cristal
El Agathis alba o Árbol de Cristal que se encuentra emplazado en el Parque Pereyra Iraola es el único ejemplar que sobrevivió de los 12 que se plantaron allí hace 150 años. Se caracteriza por exhudar una resina en forma de “lágrimas”, que en las noches de luna llena reflejan la luz del único satélite natural de la tierra, dando la sensación de ser realmente un árbol de cristal.
La historia cuenta que a mediados del siglo XIX, Leonardo Higinio Pereyra Iraola en su viaje por Europa, trajo del archipiélago malayo doce ejemplares denominados comúnmente “Árbol de Cristal”, por lo que su plantación data de la primera fase del vivero allá por 1860.
De aquella docena inicial solo dos llegaron a su forma adulta y únicamente éste logró sobrevivir hasta nuestros días. Su inevitable destino es la soledad, ya que para poder reproducirse necesita otro ejemplar. será una figura de culto hasta que muera de pie. La centenaria planta -que se encuentra cerca de la Escuela de Policía Juan Vucetich- fue declarada Monumento Natural por la ley 11341.
Cerro Ventana
Ubicado en el Parque Provincial Ernesto Tornquist, recibe su nombre por un gran hueco en la roca con forma de ventana, a través del cual se observa el sector del abra y la mayor parte de la serranía de la Ventana.
Las rocas que conforman este Monumento datan de una edad aproximada entre 280 a 500 millones de años. Por su aislamiento, altitud y posición intermedia entre la región pampeana y la patagónica, es una isla que conserva especies que no existen en ninguna otra parte del mundo.
Declarado Monumento Natural en 1959, el cerro Ventana tiene una altura de 1136 metros sobre el nivel del mar. Mientras que el Hueco de la Ventana tiene una altura de 9 metros, 5 de ancho y 12 de profundidad.