Varios medios se han hecho eco de los continuos daños que le ocasionan a la plazoleta Feliciano De Vita, ubicada precisamente en esa calle, entre su igual Víctor Murgier y la avenida Dr. Pedro Solanet.
En este último caso que nos ocupa, varios jóvenes se encontraban abocados a la tarea de destrozar algunos elementos y parte de la vereda de mosaicos del lugar. Una vecina que observó ese muy lamentable accionar de los menores de edad, llamó a la policía. Cuando el móvil se presentó, los autores de los destrozos se dieron a la fuga.
¿Falta de educación en sus respectivos domicilios y en los establecimientos educativos a los que asisten; efectos del alcohol y de las drogas?. No es la primera vez que los adolescentes hacen presa fácil de esta plazoleta, a la que le causan continuos destrozos. Otro tanto suele ocurrir con otros emplazamientos similares y en ese constante «romper sin justificacion alguna», el municipio y las asociaciones vecinales construyen, y estos «rebeldes sin causa» destruyen.
Cabe felicitar a la convecina que recurrió a las fuerzas policiales, evitando estos inadaptados prosiguieran rompiendo lo que le pertenece a toda la comunidad.