Los felices 89 años de Supermercado Don Pancho

Fruto del esfuerzo, la honradez y el trabajo, casa Contino está cumpliendo 89 años al servicio del vecino de Ayacucho. Inaugurada en el mes de julio de 1932, el negocio que luego se denominó Supermercado Don Pancho, propiedad de la familia Contino que continúan herederos del recordado Francisco, en la esquina de Dindart y Sáenz Peña, representa un verdadero orgullo para la ciudad.

Hoy el responsable del mismo don Oscar Contino, a quien secundan sus hijos, ha mantenido no solo el modernismo en sus instalaciones, sino además y lo que es prioritario, la venta de las mejores líneas de alimentos y derivados que se expenden en el país, con góndolas abarrotadas de primeras marcas.

Hace unos años, un 3 de diciembre de 1987 realizamos una nota en el espacio de otrora que denominábamos » La Ciudad y su gente» con don Francisco, el artífice de lo que ha sido y es hoy esta pujante empresa familiar. Transcribimos la nota que decía lo siguiente:

Ayacucho… la ciudad, su gente…
Don Francisco «Pancho» Contino, Padre de un «Emporio» Comercial
«Tengo 77 años, soy del 3 de noviembre de 1910. Nací y me crié aquí, en Ayacucho, no conozco otro lugar más hermoso… Yo he vivido bien, cómodo. El que se queja y… no sé…».
«Fui hasta 5º grado, repetí y no quise hacerlo otra vez. Empecé de armador en la Alpargatería «Lanta Hnos» en Alem. Luego trabajé en «La Industrial» y estuve de carpintero hasta los 20 años, cuando me fui a la conscripción…».
«Mi familia fue mi padre, Francisco Contino y mi mamá Rosa Crivaro, ambos italianos. Somos ocho hermanos y viven cinco. Yo me casé con Juanita Elena Pasarín que tiene 67 años y crié tres hijos, Oscar Rodolfo (45), Juan Carlos (40) y María Elena (37), que ahora está en Buenos Aires…».
«Mi padre me instaló en Sáenz Peña y Dindart el 2 de julio de 1932. Se llamaba «Casa Contino» y era de Ramos Generales, trabajábamos con mi hermano Miguel juntos hasta el 39 que se fue a San Martín y Arroyo. Ahí me quedé con mi esposa hasta el 75, el 23 de junio, donde incluí a mis hijos en la razón social…».
«Cuando estaba en la mejor edad para «vaguear» me «esclavicé»… Pero te digo que antes, cuando era joven, no podías «vaguear» porque no tenías con qué hacerlo; ahora es distinto…».
«El negocio creció paulatinamente, con grandes esfuerzos… Después empezamos con transporte propio, hace unos 20 años… Ahora el Supermercado se llama «Don Pancho»… ¿Si estoy retirado?, nó; me gusta trabajar… me encanta el lugar, la gente todo lo que se mueve alrededor de eso que, aunque está cambiado, es ser comerciante… Llevo 57 años haciendo eso y no pienso ni quiero cambiar…».
«Antes se trabajaba más que ahora. Las jornadas eran de 14 o 15 horas a rendir; hoy son de 7 u 8… En mi época cerrábamos los domingos a las 12. Era otra vida y, entre ella, era otra la forma de trabajar…».
«Hoy veo que el estudio ha superado la mano de obra. Uno no encuentra así nomás un carpintero, tapicero, herrero… antes esos oficios se aprendían en años y luego te «largabas» solo y llegabas… Ahora, hum…».
«En mi comercio ha cambiado la modalidad de trabajo también. Antes «hombreábamos» cascos de vino de más de 200 kilos, cajas de azúcar de 70 u 80, de yerba de 120… Hoy vas con tu carrito, lo llenás y te vas… todo es fraccionado. El albañil antes «voleaba» los ladrillos al segundo piso, hoy tiene rondanas, elevadores…».
«Esa modalidad cambió también en el trato. Yo me acostumbré a tratar detrás del mostrador con la gente. Ahí vendías o vendías, ofrecías, ofertabas… Ahora llevan lo que agarran y chau…».
«Esa especie de «incomunicación» entre comerciante-cliente hace que los productos sin publicidad no lleguen de lleno al consumidor, al público… Los productos de fábricas serias y buenas, pero que son chicas y no publicitan en TV no tienen la misma salida que aquellos que son publicitados y resultan una copia del anterior «modelo»… Una fábrica quizás largue una marca de aceite por año; «este es mejor», «el otro», me parece que son todos iguales, cambia la marca y el «pantallazo…».-
¿Si un veinteañero de hoy puede hacer lo que hice yo?, pienso que no. La inflación lo «mata»; si no tenés alguien que te «palanqueé» para afrontar la situación y sus cosas me parece que nó… Antes con 280 o 300 pesos te comprabas un taxi y eras «tachero» con un crédito… Ahora ni crédito hay… Te dan 100 y mañana pagás mucho más…».
Don «Pancho», claro que la charla dió para más. Dijo por ejemplo que «Si alguien me toca con la «varita» y me vuelve a dar 20 años ¿qué voy a hacer?, trabajar y trabajar…» o sino el socarrón «¿Si miro chicas?, no ellas me miran a mí…».
Don «Pancho», el ejemplo vivo de alguien que apostó al trabajo y ganó trabajando… De alguien que piensa que la vida es sacrificio y premio… alguien que desde el ’32 está «detrás del mostrador» vendiéndole a su pueblo responsabilidad, seriedad, confianza. Un producto, desde el emporio, que él inventó, dió forma y desarrollo….
Don «Pancho», en el «Ayacucho, la ciudad… su gente» de LA VERDAD…
Por si usted no lo conocía…

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