La caldera y la rueda están donde deben estar.

Debido a varias inquietudes que nos han hecho llegar a nuestra redacción, relacionadas con dos iconos históricos tales como la locomotora y la rueda del antiguo molino “San Juan”, ayer martes 31 visitamos los lugares donde se encuentran ambos elementos.

Cabe recordar que la locomotora emplazada desde hace muchos años en el sector parquizado del Museo Histórico Regional “Pura Diez de Cordonnier”, oportunamente fue desguazada para reconvertir su primitiva caldera de combustible a vapor. Esa muy importante tarea estuvo a cargo de destacados profesionales del área, bajo la supervisión de la Asociación Civil Ferrocarril Turístico y Comercial Ayacucho-Tandil. Por lo expuesto, ese vital elemento se encuentra totalmente reparado y preparado para su instalación, en un sector del parque perteneciente a Vialidad Municipal.

Cabe ahora preguntarse si están dadas las condiciones técnicas y económicas para que la locomotora recupere su reconvertida caldera que según se observa en la fotografía, “está muy sola y espera”.

Es importante recordar que en el año 2020, la empresa “Trenes Argentinos” cedió cuatro coches para ese tren turístico y comercial Ayacucho-Tandil. Sería muy interesante conocer la situación en la que se encuentra actualmente esa entidad, y por ende el proyecto por el cual se han movilizado tantos interesados.

La rueda del molino “San Juan”

Con respecto a la rueda metálica del molino “San Juan”, fundado en 1876 por Juan Labat, que fuera declarada oportunamente “De Interés Histórico Municipal”, al construirse el edificio destinado a albergar a delegaciones visitantes, fue retirada de su primitivo emplazamiento para dormir el sueño del abandono entre los pastizales durante mucho tiempo, hasta que se decidió que su reparación corriese por cuenta y orden del personal especializado de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 “Juan Labat”.

También ayer martes visitamos uno de los talleres de ese establecimiento, para comprobar que la rueda se encuentra en plena recuperación a partir de la renovación de las “paletas” de hierro y otras tareas posteriores, para que oportunamente sea ubicada donde corresponde. El trabajo es lento pero seguro, considerando que también el personal de esa Escuela Técnica se vio afectado durante aproximadamente dos años por la pandemia de Coronavirus.

A modo de cierre, ambos elementos se encuentran gozando de buena salud, y tiempo al tiempo cumplirán sus fines previstos. No están abandonados ni mucho menos.