La mesa de café, se arma, necesaria e infaltable todos los días en el reducto emblemático donde confluyen las calles 25 de Mayo e Irigoyen.
Allí se habla de todo lo que acontece en la ciudad y el país, de lo que se ha hecho, y lo que nó.
Siempre el tema está ahí, alrededor de un cafecito humeante, contrastando la seriedad de unos que profundizan la opinión con el desparpajo de otros cuantos, que le ponen humor a la charla.
Ir a la Buen, como seguramente para otros será algún otro lugar, es una cita diaria, que crea adicción. Un verdadero sentimiento: siempre bien atendidos por atentas mozas que en más de una ocasión deben servir, retirarse y hacer oídos sordos por lo que se dice. Irrepetible.
En la querida «Buen», cita de grandes personajes de la historia pueblerina, de la que se podrían redactar libros de anécdotas, confluyen personajes de todas las edades, con los que da gusto estar y charlar.
Allí entre otros temas, ganan el centro de la mesa las actividades deportivas, sociales y políticas de la ciudad y cada uno vuelca su opinión de acuerdo a lo que ha leído y escuchado de la voz o la pluma de cada periodista y como no todos los hombres de prensa tienen el mismo punto de enfoque de lo ocurrido, las rencillas están a la orden del día.
Y eso es muy bueno de parte del periodista, claro que siempre que se ubique entre las bandas de la cordura o la razón, porque hay cada uno que confunde a un aprendiz de cola con un as del deporte nacional y eso lejos de informar, aleja. Claro que le agrega la dosis de condimento que hace más ruidosa la charla.
La Buen se extraña cuando uno no está, porque, quien no ha transcurrido muchos años de existencia allí?, desde el secundario.
Simplemente incomparable. Cita de amigos en la histórica esquina de 25 de Mayo e Irigoyen. Un verdadero oasis en pleno desierto.
Simplemente La Buen !!!
OMA