( Dijo Clarin) Il Trittico de Puccini, con una puesta controvertida, pero salvada por los solistas, los cuerpos estables y la dirección musical.
La serie de tres óperas breves volvió el viernes pasado al escenario del Teatro Colón, a 14 años de su anterior presentación.
La puesta de Pier Francesco Maestrini forzó los elementos de las obras para que fueran funcionales a su idea.
Al igual que en aquella oportunidad, la interpretación musical salvó una puesta controvertida: en el 2011, Stefano Poda brindó una versión muy polémica que incluía un escenario lleno de agua y la alteración del orden habitual.
En Tabarro, Fabián Veloz es un Michele ideal en voz, presencia y autoridad, bien secundado por Carla Filipcic Holm (Giorgietta) y Mikheil Sheshaberidze (Luigi); completan con altura Mario De Salvo, Guadalupe Barrientos, Fermín Prieto, Carlos Ullán, María Eugenia Caretti y Nazareth Aufe.
Dijo Página 12
«Il trittico» en el Teatro Colón: variaciones sobre el tema de la muerte
Aunque la música del italiano es conmovedora, los intérpretes están ajustados y la escenografía y la iluminación son impactantes, la adaptación sufre algunas fricciones conceptuales.
El triángulo de desgraciados de «Il Tabarro» tuvo en el barítono Fabián Veloz como Michele y Carla Filipcic Holm como Giorgietta –cantantes argentinos de proyección internacional–, además del tenor georgiano Mikheil Sheshaberidze en el rol de Luigi, tres intérpretes maravillosamente ajustados en lo expresivo, lo vocal y lo escénico, mientras Marta Torbidoni fue una Angelica humana y cautivante. La soprano italiana manejó el patetismo de su personaje con una amplia gama de recursos, sin dobleces sentimentales. También resultó destacable Guadalupe Barrientos, que actuó en las tres óperas, pero descolló en “Suor Angelica” como Zia Principessa, junto con un buen elenco de monjas que formaron Laura Polverini, Daniela Prado, María Luján Mirabelli y Cecilia Díaz.
La puesta en escena fue vista anoche en vivo por Youtube y se repetirá durante la semana en el teatro Colón.