Húndete de nuevo, Sam

Escribe: Eduardo A. Volonté
La historia no certifica si Klaus subió por su propia voluntad o fue enrolado a la fuerza con la misión de perseguir ratas y ratones a bordo del acorazado Bismarck, una de las joyas de la Kriegsmarie, la marina de guerra nazi, botado el 14 de febrero de 1939, con un desplazamiento de 50.300 toneladas y armado con 64 cañones de diversos calibres.
Su vida previa lo ubica en los muelles de Gotenhafen (actualmente Gdynia en Polonia) hasta su ingreso a la vida naval.
Lo cierto es que Klaus se encontraba a bordo del Bismarck el 18 de mayo de 1941 cuando esta poderosa nave zarpó en su primer misión para participar en la Operación Rheinübung.
No duró mucho el viaje del gato negro y blanco, de quien hablamos y quienes otros denominan Oskar.
El 27 de mayo de 1941 luego de un duro combate concluyó la corta vida del Bismarck. Solo sobrevivieron 118 de los 2.200 tripulantes. Con ellos, nuestro protagonista flotando sobre una tabla.
CAMBIO DE BANDO
Al ser rescatado por el destructor británico HMS Cossack, sucedieron dos cosas: pasó a llamarse Sam y también cambió de bando en la contienda, enrolándose desde ahora en el bando aliado.
Su vida a bordo del HMS Cossack solo duró cinco meses. Mientras escoltaba un convoy de Gibraltar rumbo al Reino Unido, el 24 de octubre el barco fue alcanzado por un torpedo proveniente del submarino alemán U-563.
El ataque costó 159 vidas y causó daños importantes. Mientras intentaba ser remolcado a Gibraltar, el HMS Cossack se hundió al oeste de Gibraltar y la tripulación transferida al destructor HMS Legion.
Este nuevo naufragio no interrumpió la carrera militar del ahora Sam. Fue destinado al portaaviones HMS Ark Royal, que por esas cosas del destino había participado en el hundimiento del Bismarck.


AL AGUA GATO
A esta altura, con dos naufragios sobre su lomo, Sam se ganó el merecido apodo de “el insumergible”.
Pero pareciera que la mala suerte seguía al pobre gato. El 14 de noviembre de 1941 mientras regresaba de Malta, el barco fue torpedeado por el submarino nazi U-81 y de nuevo Sam se vio flotando sobre una tabla, de donde fuera rescatado.
Insistentes, las autoridades navales transfirieron al ya legendario Sam al HMS Lightning y luego al Legion, que había participado del rescate de la tripulación del Cossack.
Los registros navales señalan que El Legion sería hundido en 1942 y el Lightning en 1943, aunque para aquellos días, Sam residía en la casa del Gobernador General de Gibraltar donde llevaba una vida más apacible y propia de un felino.
No sería ese su último destino, ya luego fue enviado al Reino Unido donde pasó plácidamente sus últimos once años de vida en la casa de un marinero, hasta su fallecimiento en 1955.
Su nombre no se perdió en el olvido, y su figura perdura en un retrato realizado por la artista Georgina Shaw-Baker («Oscar, the Bismarck’s Cat») que se exhibe en el Museo Marítimo Nacional, en Greenwich, Inglaterra.
A la luz de su historia, queda en claro que Sam, sino eran siete, al menos tenía tres vidas.-