Huellas del paso del tiempo en dos comercios cerrados

Es bien sabido que el paso del tiempo deja huellas indelebles en casos y cosas.
Si nos atenemos a lo que puede observarse en edificios deshabitados, por citar un ejemplo, podrá corroborarse de manera contundente lo antes escrito.
Nuestra ciudad no es ajena a «ese dejarse estar» de viejas estructuras que por diversos motivos han quedado solas y a la buena de Dios. En nuestro radio urbano pueden observarse varios testimonios «de lo que fue» y que por gravitación del transcurrir de los años comenzaron a mostrar las inequívocas muestras del escaso o ningún mantenimiento.
Una de ellas fue hasta hace algunos años la reconocida farmacia propiedad de Oscar Paglione, ubicada en la esquina este de las calles Gral. José de San Martín y Bartolomé Mitre. Dejando de lado sus muy antiguos antecedentes, el frente ha comenzado a mostrar los primeros detalles generados por su inactividad y como muestra, basta notar la falta de la mitad del mármol del escalón de ingreso al otrora comercio.
El otro ejemplo también se encuentra cerca de nuestra casa. Nos referimos a «Casa Sportsman», que a partir del año 1950 fue el emporio de la excelente vestimenta masculina.
Ignoramos el estado interior de este ex-centro comercial, sumamente popular y reconocido por varias generaciones, pero como escribimos al principio, sin lugar a dudas la inactividad y el consabido cierre estarán haciendo de las suyas.
En definitiva, dos testimonios comerciales de una ciudad que incuestionablemente crece fuera de las cuatro tradicionales avenidas, y que en cierta medida decrece en lo que atañe a añejos edificios que por diversas circunstancias que no vienen al caso, cerraron sus puertas al parecer de manera definitiva.