Hoy estreno:  El Apóstol

Escribe: Eduardo A. Volonté.-

Las películas de animación computarizada ocupan ya un amplio lugar en las carteleras de espectáculo cinematográficos.

Tecnología mediante, sus imágenes  seducen a  chicos y grandes por igual y generan suculentas recaudaciones que superan con holgura los fabulosos costos que su producción demanda.

Pero no siempre fue así.  Como en todo, hubo un tiempo inicial plagado de frustraciones, ensayos, pruebas y esfuerzos, que casi siempre terminaban en fracasos.

De los primeros y elementales dibujos a este presente, mucha tinta y tecnología ha corrido bajo los puentes.

Seguramente si se pidiese sintetizar a los dibujos animados en un nombre, casi todos dirían Walt Disney.  Y no estarían errados.

Los que sí se equivocan, son aquellos que le atribuyen la autoría del primer largometraje de dibujos animados, suponiendo que el primero fue  Blancanieves y los Siete Enanitos”, bajo su producción y estrenado el 21 de diciembre de 1937 en Hollywood.

Para orgullo de los nativos de este país, se debe decir que en realidad el primer largometraje de animación lo realizó el  italiano nacionalizado argentino,  Quirino Cristiani y lo tituló El Apóstol.

Dibujando a Yrigoyen

Estrenado en el cine Select,  el 9 de noviembre de 1917, El Apóstol fue una película de animación muda, de 70 minutos de duración, en blanco y negro que constituía una sátira sobre el presidente Hipólito Yrigoyen, quien para eliminar la corrupción e inmoralidad, desde el cielo lanza sobre la ciudad los rayos que le prestara Júpiter, generando un incendio generalizado.

Lamentablemente otro incendio, pero en este caso real, destruyó los negativos y todo el material de El Apóstol, perdiéndose así este film.

Para concretar  este film, Cristiani debió utilizar 58.000 dibujos a razón de 14 cuadros por segundo, y varias maquetas representando los edificios públicos de la ciudad.  En este arduo trabajo lo acompañaron  Andrés Ducaud como constructor de los decorados y el reconocido dibujante Diógenes Taborda.

La técnica absolutamente artesanal de Cristiani consistía en dibujar siluetas de personajes con trazo blanco sobre cartulinas negras, separar las extremidades, atarlas  con hilo negro y articularlas sobre un fondo negro, para fotografiar cada movimiento  en la azotea de su casa para poder aprovechar la luz natural. En otros casos realizaba una ilustración para cada movimiento necesario.

La creatividad de Cristiani no se agotó con este primer film.  En 1918 produjo sin éxito “Sin dejar rastros”, la película fue retirada casi al momento de su estreno por su temática referida a un episodio de la primera guerra.

En 1929, concretó en sus propios estudios su obra “Peludópolis”, de 80 minutos de duración, con guión de Eduardo González Lanuza, con el avance de incorporarle sonido de disco.

El film se ocupaba de la segunda presidencia de Yrigoyen con una sátira y crítica sobre su gestión, el golpe militar de 1930, producido antes del estreno de la película, obligó a Cristiani  reformular el guión introduciendo a un personaje “Juan Pueblo” y modificar algunos aspectos.

La realidad política  hizo que la película quedara desfasada y fue archivada.

Una extensa tarea

A pesar de estos traspiés, Cristiani siguió con su tarea en el ámbito de la animación especialmente con traducciones y subtitulaciones, también se le ocurrió con éxito la idea de proyectar al aire libre películas donde no había cines.

Su última obra fue Carbonada, en 1943,  lamentablemente dos incendios, uno en 1957 y otro en 1961 destruyeron su obra, quedando solo algunos recortes y su obra El mono relojero (1938).

Ya anciano, en los años ochenta le llegó el turno de los reconocimientos. En  1981 fue invitado a su tierra natal y  galardonado por ser el “Precursor italiano del cine animado mundial”. También fue invitado a su pueblo natal, donde fue homenajeado y se lanzó el libro “Due Volte l`Oceano (Vita de Quirino Cristiani)”, luego editado en el país.

También en el país fue reconocido, en 1982 el gobierno le concedió una pensión vitalicia y en 1983 homenajeado en una muestra realizada por la Escuela Panamericana de Arte, donde se le entrega una plaqueta recordatoria, la proyección de “El Mono Relojero” y un documental en el cual cuenta su técnica de animación.   El 2 de Agosto de 1984 fallece en su casa de Bernal.

A pesar de haberse perdido su contenido, El Apóstol y Cristiani tendrán par siempre el orgullo de haber sido el primer largometraje de dibujos animados.-