Nada nuevo se dice o comenta cuando alguien se refiere al desastroso estado de los caminos de nuestro país, en su mayor parte.
También lo que nos conducen a la costa atlántica, marcan la inacción, desidia e incapacidad de nuestros gobernantes que tienen la responsabilidad de mantenerlos en buen estado. Ya no representa un grave peligro la zona de pozos y «piletones» que habitan a 15-20 kms hacia Las Armas porque al disminuir la velocidad de un automóvil, todos lo hacen y se transita por la banquina o donde sea para esquivarlos. Además un cartel advierte el problema, no menor. Ocurre que hay pozos, filosos y profundos cada tanto que no solo están sin señalizar, sino que aparecen de la nada, constituyendo una amenaza letal.
Es una trampa que solo sortea un muy bajo porcentaje de automovilistas.
Regresando por la mano que conduce de Madariaga a Las Armas, a solo 20 kms., más o menos, de este sitio, un verdadero «cráter» hace de las suyas. Aparece en forma imprevista sobre la parte izquierda de la mano y la rueda delantera izquierda cae en toda su humanidad. La rotura por el violento y seco golpe es inevitable, lo pudimos comprobar anoche con una veintena de autos parados a la vera del camino, más algún despiste. Lo que representa una manera poco grata de finalizar un fin de semana, cuando se retorna al trabajo. Nos contamos entre sus víctimas.
Decir lo que uno piensa realmente sería quizás irreproducible, solo sentir amargura por el daño que se debe reparar, también vergüenza por la clase dirigente que tiene a cargo esa labor, quien seguramente gozará de una muy buena remuneración mensual, y estará feliz de la vida en su hogar con gran parte de la tarea incumplida.
Y así seguimos, lo que no sabemos es hacia dónde vamos!!!.-
OMA