A partir del 17 de agosto de 1950, cuando se produjo la inauguración del emplazamiento de la estatua del Gral. José de San Martín, en el centro de nuestro paseo principal, hasta la fecha, fueron varios los granaderos ayacuchenses que prestaron guardia de honor y a la par, jerarquizaron los correspondientes actos alusivos ante la figura de bronce del bien llamado “Libertador de América del Sur”.
A modo de simple acotación, cabe trasladarnos en el tiempo, cuando esa importantísima convocatoria se realizaba “en tiempo y forma”. En los últimos años ese reconocimiento a nuestro máximo héroe nacional, así como otras conmemoraciones patrióticas por excelencia, se llevan a cabo según los “antojos” de autoridades educativas y algo más, robusteciendo los versos del “Cambalache” escritos por Enrique Santos Discépolo.
Recurriendo entonces a aquellas añoradas fechas, cabe recordar el 17 de agosto de 1982, cuando el Regimiento de Granaderos a Caballo destacó a tres ayacuchenses, de los cinco que ese año estaban destacados en ese cuartel. Nos referimos a “Pilo” Jatip, Daniel Salagoyti y Raúl Acuña, quienes sentaron plaza en los escuadrones “Montevideo”, “Río Bamba” y “Ayacucho”, respectivamente.
Sin ánimo de restar importancias, desde la instauración del Servicio Militar Obligatorio, centenares de jóvenes nativos de nuestra ciudad y partido sirvieron a la patria en guarniciones ubicadas en los cuatro puntos cardinales del país, pero vestir el uniforme de Granadero otorgaba (y aún lo hace) un prestigio acorde al mando del primer jefe, y a las hazañas que cumplió esa unidad desde San Lorenzo hasta la meseta de la Quinua, en Ayacucho, Perú.
Nos cuenta Jatip. “Guardo gratísimos recuerdos de mi paso por ese regimiento. En cierta oportunidad y encontrándome de guardia en el puesto que daba a la avenida Libertador, descendió del automóvil una de las por entonces famosas Trillizas de Oro y me abrazó tan fuerte que me conmovió. Por ese entonces habíamos recuperado las islas Malvinas. Con muy escaso adiestramiento, estuvimos preparados para participar, pero no llegaron a trasladarnos. También recuerdo que era Sargento 1º Héctor Acosta, de Ayacucho, quien después integró las fuerzas de las Naciones Unidas en Europa”.
Han transcurrido 41 años desde entonces. Al recordar aquel extraordinario episodio, nuestro convecino se siente profundamente conmovido y no es para menos. Vistió el uniforme del Regimiento de Granaderos a Caballo y como tal, vino destacado a su ciudad natal para ser parte de los honores que se le rindieron al “Gran Capitán”, al conmemorarse un nuevo aniversario de su paso a la inmortalidad.