No es atípico observar como los argentinos vivimos de apresuramientos y raras veces analizamos concienzudamente un pensamiento, antes de emitir una opinión. Con frecuencia nos llevamos por impulsos, es que somos sanguíneos y ello nos suele costar algunos inconvenientes.
Leía como se expresaban algunos vecinos con relación a una noticia viralizada de un anciano que había llegado al hospital con algunos golpes. De inmediato, antes aguardar y adquirir mayor información, arreciaron los mensajes tomando posición y fustigando el trato que los adultos mayores reciben en las residencias.
Claro que el daño provocado queda y cuando la veracidad de los hechos indica lo contrario y las cosas no han sido así, se instala la duda.
Por ello que mejor que ser cautos y aguardar la debida aclaración de los hechos.
En nuestra ciudad los centros residenciales de adultos mayores poseen además de la totalidad de las normas reglamentarias vigentes, la capacidad del personal que allí desempeña sus tareas debidamente.
Por ello, para evitar una situación desagradable, será bueno que se opine con conocimiento de causa. Responsablemente.
Evitaremos situaciones indeseadas.