Basados en comentarios que llegaron a nuestra mesa de redacción, en nuestra edición de anteayer lunes 14 efectuamos un adelanto sobre la iniciación de los trabajos correspondientes a la restauración del tramo de vías del ferrocarril que une Maipú con nuestra ciudad. Cabe escribir una vez más que el proyecto general contempla la habilitación de ese medio de locomoción entre Maipú y Tandil, recibiendo pasajeros y carga del tren que une diariamente Buenos Aires con Mar del Plata.
Para explayarnos con mayores fundamentos, visitamos el obrador de la empresa “Indovía S.A.” instalado en el terreno ubicado entre el edificio de la actual Casa de Campo, y el que antiguamente fuera el galpón de cargas y que desde hace varios años está habitado por varias familias.
En diálogo mantenido con uno de los empleados de la empresa, Raúl Vizcaino, sabemos que la obra en cuestión tiene un plazo de duración de seis a ocho meses. El primer tramo abarcará Ayacucho-Fair, mientras que el segundo cubrirá Fair-Labarden. Otra empresa se hará cargo de la reparación Labarden-Maipú. El encargado de “Indovia S.A.” es Claudio Cabral. Con respecto al personal para todo servicio, en los últimos días se han inscripto aproximadamente medio centenar de personas residentes en nuestra ciudad, objetivo principal de la empresa contratista.
En un espacio contiguo al obrador, preparado al efecto, se han acumulado numerosos “durmientes” de quebracho, a la par de una maquinaria retroexcavadora y dos conteiner donde se guardan las herramientas. Falta llegar más palos, maquinarias y varios camiones. En suma, una vez instalado como corresponde el obrador, punto de partida y regreso de todos los trabajos, comenzará la obra propiamente específica.
Oportunamente iremos publicando mayores detalles sobre estos trabajos de recuperación de un tramo que de Maipú a Ayacucho, se encuentra muy deteriorado por el abandono de varios años, e incluso por la depredación de que ha sido objeto. Con respecto al tramo Ayacucho-Tandil, se encuentra en buenas condiciones, necesitando una limpieza profunda del terraplén y su entorno a la par de una revisión a fondo de durmientes, clavos y demás elementos que conforman las más que centenarias vías que fueron habilitadas oficialmente en el año 1883 (las de Dolores-Ayacucho se inauguraron en 1880).