Ferro querido que te han hecho?

Desde hace un tiempo prudencial el club Ferroviario, de mi infancia, transita por caminos que no merece, en lo que refiere a las disputas mezquinas de sus supuestos dirigentes. Los tires y aflojes han estado a la orden del día y del brazo de los mismos, la evidente decadencia institucional de mi amado Ferroviario.
Nada está claro en la lucha de poderes por parte de grupos que han permanecido cercanos a la institución del riel. La que hicieron brillar dirigentes de la talla de Pedro Bacci, Bartolomé Luzzardi, de mi viejo, de don Alberto David, de Néstor Aprea, por citar algunos y de tantas familias como la mía que se criaron en los alrededores del club. Todos guiados por un firme objetivo, dar forma a una entidad ejemplar, con plena vida deportiva e institucional, hoy inmersa en un embrollo de enredos y nudos que la justicia busca desatar.
Que lejos está mi querida institución, aquella a la que me llevaban de pequeño mis amigos cantineros Atilio Bringas y Toto Uttile, allá por el 60. La de los primeros tiros al aro en el gimnasio cuyo piso brillaba tras el paso con kerosén y viruta de los lampazos.
La de los tremendos e históricos picados en la canchita de fútbol, de las divisiones inferiores atendidas por Angelito Campoamor. La de los primeros bailes. Las cenas con sorteos de autos en el enorme edificio construído con semejante esfuerzo, dinero de socios y dirigencia, que solventaban además a los equipos de primera, reforzados con jugadores provenientes de otras ligas. Un verdadero club de barrio, con masa societaria y gente que concurría a jugar a los naipes, a charlar de las cosas de la vida. A disputar partidas de billar, o a las bochas, en la mejor cancha de la provincia de Buenos Aires. Las carreras de regularidad, todo un suceso de la época. Ferro era una cita ineludible de buena gente de todas las edades. Un club de enorme actividad diaria, con dirigentes que dejaban horas de trabajo en aras del mejoramiento de la institución.
Que dirán los viejos ferroviarios de este presente nefasto por el que se debe atravesar ?. Seguramente estarán enojados y con justa razón. Todo lo hecho y construído, caído en saco roto. Dilapidado por actitudes egoístas que han desencadenado en semejante desquicio que la sociedad en general y la parcialidad albiverde en particular mira azorada.
Ferro querido que te han hecho?
Oscar María Albano.