Gran parte de la población de nuestro país votò en forma masiva a Javier Milei, para ungirlo presidente de los argentinos por un nuevo período de gobierno.
Las promesas del Libertario sedujeron a propios y extraños con diferentes formas de pensar, pero unidos en el entendimiento que el gobierno saliente había sido uno de los peores de nuestra historia. Se necesitaba un cambio en la conducción y forma de pensar una Argentina que saliera del profundo pozo en la que se encontraba y permanece aún. Milei fue el apuntado.
El hombre de la motosierra seguido por los jóvenes y no tanto, prometió mil y más modificaciones. » La casta pagará este desatino», claro que nunca nadie pensó que iba a incumplir lo dicho y es así que dando fuertes golpes de timón, sin duda en exceso, viene provocando un inmerecido sufrimiento a las clases medias y menores, como siempre ha ocurrido en esta bendita geografía.
Los impactos inflacionarios destruyen los bolsillos de los jubilados de apenas miserables 160.000 pesos, cobrados ya en la etapa final de una vida de trabajo que va llegando inexorablemente a su fin, cuando debe reinar la paz y el descanso. Nada de eso ocurre.
Las empresas y Pymes cierran a diario azotadas por el permanente cambio de valores de los insumos que no se pueden trasladar a los productos finales, provocando una angustiante situaciòn a dueños y empleados.
Evidentemente pagan justos por pecadores. Tal cual siempre ha ocurrido. La gente sufre, la casta indemne y muchos políticos en la playa.
Es escaso el tiempo de gestión, pero las señales no son buenas mi amigo Javier. Ud debe poner el peso sobre los culpables. Hoy el pueblo mira atónito y comprende que esto no es lo que votaron los argentinos.
OMA