Sin dudas que la pandemia del coronavirus, acecha en el mundo entero, se encuentra desbordada en zonas, pero controlada en muchos puntos geográficos del país, entre los que puede anotarse nuestra ciudad, con el 0 que la identifica como » sin contagios».
Los números recientes refieren a más de 6.000.000 de personas infectadas en el mundo de los cuales 370.000 han fallecido. En Argentina la cifra alcanza a 16.851 infectados, 541 fallecidos y 5500 recuperados.
En ciudades como la nuestra, el punto de mayor valor para mantener la condición de libre de coronavrus es el anillo de control que se instala y funciona en los ingresos. De la excelencia de esos puestos en donde trabajan mayoría de voluntarios, depende que el virus no ingrese a la ciudad. Pero parece que no todos lo entienden. Hay ejemplos de ello.
En estos últimos días según comentarios pudo saberse que algunos voluntarios han dejado de concurrir a los mismos por diversos motivos. Unos cansados, otros por retomar sus actividades y los que habrían tenido problemas o discusiones con automovilistas. Más de un caso de maltrato.
Esta situación preocupa a quienes tienen la responsabilidad del manejo y de trazar la estrategia en esta verdadera batalla de subsistencia.
Para sumar inquietudes a la problemática, se insiste en que habría gente que facilita los ingresos y porque nó quien ofrece alojamiento a los visitantes, los que dada la gravedad del tema deberían ser denunciados.
Se insiste en que la falta de gente disponible para los anillos es una realidad. Por ello y en virtud de esta situación excepcional en donde está en juego la salud de toda la población, ni más ni menos, se pueda realizar una concertación entre Municipalidad, Policia, Sindicatos, Bomberos y otras fuerzas e instituciones intermedias para procurar un plantel renovado de gente que se agregue y fortalezca la atención y severidad en los dos puestos establecidos.
En Tandil, ciudad libre de coronavirus hasta el momento, se observa a enfermeras y empleados municipales al menos en el control que se ha instalado en cercanías de La Vasconia. Sea lo que fuere, no debemos permitir que el mejor elemento en la lucha por el coronavirus se resquebraje, y que todo el gran esfuerzo que se viene realizando desde mediados de marzo ( más de 70 días), manteniendo una población sin contagio, caiga irremediablemente por el barranco, con desgraciadas consecuencias. Y si no reforzamos a ese puñado de voluntarios, bien puede ocurrir y será tarde para lamentarnos…
Estamos a tiempo…!!!