A pocas horas de comenzar a manifestarse en todo su apogeo el programa de la 48º edición de la Fiesta Nacional del Ternero y Día de la Yerra (Certamen de Canto Folklórico, por ejemplo), numerosas voluntades se han abocado a utilizar debidamente tamaña posibilidad laboral preparando los espacios adecuados para instalar tal o cual cosa; principalmente aquello que tenga que ver con servicios gastronómicos. Desde un restaurante hasta el quincho instalado en un garaje. En ese menester, caben los lugares donde habrán de instalarse carpas, casillas rodantes y en suma, el camping.
Tiempos hubo en que esos espacios eran colmados a partir de la declaración del Estado de Yerra. Durante una semana, numerosos visitantes provenientes de distintos puntos del ámbito bonaerense como de otras provincias, se instalaban para disfrutar de una semana de “jolgorio” a la espera del remate generado por los fogones populares. La sola posibilidad de observar a miles de personas disfrutando opíparamente “ese asadito con sabor a nuestra tierra”, provocaba esa multitudinaria participación.
Otros tiempos; otras economías. En los últimos años y como sucede en gran medida con el turismo en las playas ubicadas en el litoral marítimo de nuestra provincia, esas vacaciones se limitan a los fines de semana. Pocos días entonces; debido a los extraordinarios costos de alquileres, servicios gastronómicos y otras yerbas.
Esta 48º edición del máximo evento ayacuchense, no habrá de cambiar a las últimas “sociedades de consumo”. No obstante ese apriete de bolsillos, cabe esperar a quienes principalmente desde la región, se instalen en los varios lugares adecuados para tales fines como el Complejo Recreativo y Deportivo Comunal del Club Independiente; plaza “Dr. Egidio G. Ciaño”; Tiro Federal; Ayacucho Cicles Club; Centro Cultural “Dr. Pedro Solanet”; Aero Club y Club de Pesca, por citar a los más conocidos.
Enhorabuena que puedan utilizarse esos espacios al aire libre, arbolados y con los servicios sanitarios indispensables, para que aquellos que gustan de vivir al contacto con la naturaleza mediante la instalación de una carpa o casilla, puedan acomodarse para disfrutar al menos los dos últimos días de nuestra Fiesta Nacional. Si esta posibilidad se promociona adecuadamente, con buenos servicios y mejores precios, no faltará clientela.
Párrafo final para aquellos convecinos dispuestos a alquilar habitaciones e incluso viviendas. La ocasión se presenta propicia para “yapar el jornal” debido a la tradicional demanda que colma los servicios de hotelería. Cabe la siguiente reflexión: si el ambiente que se alquila está en buenas condiciones y el precio que se cobra es justo, el cliente regresará…
AGB