Entre otras cosas…

Recibimos y publicamos textualmente, el mensaje de salutación proveniente de la asociación civil que entiende en el proyecto de instalar el tren turístico Ayacucho-Tandil:
«Silencioso pero con caracter determinado, como la imagen del logotipo de nuestra asociación, es como marcha el proyecto hacia el 2019. En pocos dias dará comienzo el trabajo interno sobre la caldera, mientras seguimos con las gestiones para la obtención de coches y vagones, y otras tareas necesarias para poner en marcha el Proyecto Ferroviario de Ayacucho. Felicidades a todos para el 2019».
Por nuestra parte agregamos que pasa el tiempo inexorablemente, y se va marchando en procura de cristalizar el ambicioso proyecto que en sus comienzos, cuando se depositó la primera semilla, se manifestó en reiteradas oportunidades que se trataba de «largo alcance», en clara alusión al tiempo transcurrido y al que vendrá.
Si bien es muy grande, no es imposible. Por el contrario, todo se hubiese encaminado con mayor rapidez y precisión, si las gestiones realizadas por quienes conforman la asociación civil y colaboradores, hubiesen contado con un apoyo más contundente y decidido de quienes pueden hacer algo, y no lo han hecho.
Bien sabemos los argentinos que uno de los peores flagelos que entorpecen la marcha de un país, es la burocracia, que obstaculiza toda intención de concretar planes, proyectos, obras y otra serie de manifestaciones por el estilo. Funcionarios y empleados que «cajonean» notas y otras tramitaciones, desechando todo lo que signifique avanzar en procura de tantos logros perseguidos que reiterando conceptos, por culpa de quienes trabajando principalmente en la función pública, tratan de hacer lo menos posible total, tienen sus buenos sueldos asegurados.
Lo antes escrito se relaciona con la añeja solicitud de conseguir, por parte de la asociación civil del tren turístico, varios vagones de ferrocarril practicamente abandonados en las vías muertas de Junín, que continúan en la implacable intemperie con su manto de oxido y otros deterioros. Hace mucho tiempo se viajó a ese punto para observarlos y elegirlos, y a partir de esa gestión, se siguieron los carriles correspondientes para obtenerlos y traerlos a Ayacucho. Desde entonces se han dado vueltas y más vueltas con papeles, notas y otros trámites, tantos como para desalentar proyectos como el ayacuchense, que persigue un incuestionable beneficio comunitario. Así vamos; y así estamos…
¿Recuerdan el tren cultural?
Entre otras cosas que se nos corren a medida que vamos escribiendo, en rueda de redacción recordamos aquel «tren cultural» que nos visitó hace unos cuantos años, durante una edición de la Fiesta Nacional del Ternero y Día de la Yerra.
Con varios vagones convertidos en salas de exposiciones, lectura y conferencias, permaneció durante varios dias estacionado junto al andem de la actual Casa de Campo. Fue visitado por miles de personas sumamente interesadas en las charlas y la abundante e importante bibliografía que portaba, con la atención de personal idóneo.
Cabe preguntarse si seguirá funcionando ese «tren cultural» y de ser así, sería más que interesante poder contar con su concurso durante la próxima realización del máximo festejo ayacuchense. Con respecto a la correspondiente averiguación-tramitación, contamos con entes sumamente especializados al respecto. AGB

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