Es notable la fuerza que ejerce el árbol ubicado sobre la explanada del edificio municipal. Sin lugar a dudas, sus potentes raíces “vienen pidiendo cancha” y en esa lenta pero constante expansión, han roto la mampostería y las baldosas circundantes. Puede leerse en el libro “Ayacucho: Ladrillos con recuerdos” editado en el mes de octubre del año 2020: “En el actual edificio se invirtió la suma de 97.586.634 pesos y la obra estuvo a cargo de la firma Oliver y Martínez, de la ciudad de La Plata. El edificio adolece de muchas fallas de construcción, las que hay que reparar constantemente”. La que se ha producido ahora por influencia de la otrora pequeña pinácea que según se observa en la fotografía, “se puso los pantalones largos”, requiere de una pronta solución.
VIVIENDAS SIN TECHOS
De un buen tiempo a esta parte han comenzado a observarse algunas viviendas desocupadas a las que les han desarmado los techos, con la clara intención de sus propietarios de no alquilarlas, e incluso para que “no se las tomen los okupas”. Mientras esos ejemplos se multiplican, también lo hacen las casas que se ofrecen en venta en todos los sectores urbanos y suburbanos. Según entendidos, sería interesante que una entidad crediticia e incluso el municipio, pusiesen en práctica algún sistema de préstamo a largo plazo destinado a adquirir esas viviendas (suman más de un centenar), para ser adjudicados a aquellas familias que carecen del techo propio.
HAY QUE TRABAJAR “POR DERECHA”
Recientemente y en una esquina suburbana se produjo un operativo policial relacionado con la momentánea detención de varias personas que se encontraban comercializando “plantines”. Allí, de manera correcta, las oficiales les solicitaron los documentos y permisos correspondientes para desarrollar esa actividad. Lo cierto fue que después de la consabida advertencia, los vendedores debieron retirarse de la ciudad. A raíz de esta situación, se produjo entre varios vecinos el consabido “análisis de situación”, debido a que si bien esas personas se encontraban trabajando, lo hacían sin abonar ningún derecho y por ende perjudicando a los comerciantes relacionados con ese rubro. En efecto, se pregona que “hay que trabajar” y así debe hacerse, pero también se deben respetar los derechos de quienes pagan para hacerlo. Esta situación es harto conocida: “manteros” que sin pagar un peso, ofrecen una extraordinaria diversidad de artículos en las veredas de negocios cuyos propietarios abonan mensualmente sumas muy importantes para mantener sus puertas y vidrieras abiertas.
¡DÍGAME LICENCIADO…!
Esta inquietud viene “de afuera”, y se relaciona con el crecimiento de asociaciones delictivas que se dedican a la falsificación de títulos universitarios. Basta establecer el fácil contacto, abonar diversas sumas de dinero y en pocos días, de ser poco menos que un analfabeto, los interesados se convierten en profesionales, incluso médicos. Este tema fue tratado durante varios programas televisivos. No obstante ser harto conocida esa situación, debido a que estas falsificaciones se realizan desde hace muchos años, no deja de causar lógica preocupación. Reiterando: Quienes necesitan un título para presentarlo en alguna empresa privada o del estado, pagan de acuerdo a la importancia de la profesión (entre siete y quince mil pesos) y rápidamente se los entregan mediante un servicio de mensajería, con firmas y sellos de universidades y otros centros estudios.
EL BOULEVARD EN LA AVENIDA MIGUENS
La prolongación de la avenida José Zoilo Miguens, hacia el noroeste, está quedando “una pinturita” si nos referimos al boulevard que se está construyendo a partir de la calle Almirante Guillermo Brown, hasta la avenida Italia. Sin lugar a dudas, esa muy considerable mejora en la otrora “avenida Adolfo Alsina”, traerá aparejados diversos beneficios, principalmente en lo que respecta a los días de furiosas polvaredas llevadas por el viento sur, y cuando se producen las copiosas lluvias. El vecindario de ese sector, muy agradecido.
HAY QUE TENER PACIENCIA
En un conocido programa mañanero propalado por una emisora de FM local, entre tantos concursos y otros entretenimientos de notable audiencia, se fijó la siguiente pregunta: “? Qué personas y elementos locales llevaría impreso un billete de banco ¿”. Entre innumerables respuestas, nos llamó la atención la siguiente, palabras más o menos: “Hay que poner la rueda del molino que se llevaron del Club Independiente, y al otro lado la locomotora que estaba en el Museo, porque no las volveremos a ver jamás…”. Con el mayor respeto hacia esa opinión, consideramos que hay que seguir teniendo paciencia y aguardando las respectivas reparaciones y “puestas en valor” de tan preciados elementos de la historia lugareña. No se han enviado a ninguna “chatarrera”, están ahí, a la espera que pase la pandemia, entre otras calamidades que debemos soportar.
AG