Emilio Quintana: “Atender a los medios, difundir nuestra fiesta y algo más…”

Desde la primera credencial otorgada por Oscar Yannone, encargado de esa área en el año 1969 (primera edición), muchos coordinadores de prensa y difusión se hicieron responsables de uno de los departamentos organizativos más gravitantes de la Fiesta Nacional del Ternero y Día de la Yerra, para que ésta fuese conocida adecuadamente y a la par, los colegas procedentes de todo el país recibiesen la adecuada atención para cumplir con sus importantes cometidos.

Algunos trabajaron muy bien, otros no tanto, pero no caben dudas que todos asumieron esa responsabilidad con sus mejores intenciones y conocimientos. Si la fiesta no se difunde adecuadamente, corre el riesgo de convertirse en un fracaso. Si los periodistas foráneos no se sienten a gusto cuando desempeñan sus tareas, lo harán saber a través de sus artículos, cámaras y micrófonos con el consiguiente “pelotazo en contra”.

En esta última parte del programa de la 48º edición, esa coordinación de prensa y difusión recayó en nuestro colega y amigo Emilio Quintana: “Es la primera vez que asumo esta responsabilidad con la fiesta nacional. Anteriormente había trabajado en prensa para varias instituciones, aquilatando la experiencia necesaria. Sin lugar a dudas, la tecnología imperante nos obliga a superarnos en ese “día a día”, utilizando las redes sociales para divulgar lo mucho y muy bueno que se realiza en Ayacucho, a través de su fiesta nacional. Colaboran conmigo, Josefina Manterola, Abril Sosa, Joel Mutti, Franco Catalano y Germán Ocaño, con quienes me unen también lazos de compañerismo y amistad debido a nuestras vocaciones periodísticas”.

Emilio, nos dice que se encuentran trabajando desde el mes de octubre: “A poco de asumir las actuales autoridades de la asociación civil, comenzamos a difundir informaciones relacionadas con la última parte de la cuarenta y ocho edición de nuestra Fiesta Nacional. Hemos efectuado una tarea constante, que no se ve pero que con el correr del tiempo resulta efectiva. Si bien nuestro trabajo parece circunscribirse a atender a los colegas y darles noticias, va mucho más lejos, tanto como que tenemos que pregonar el “véngase para Ayacucho” lo más lejos que podamos. En eso estamos ahora, trabajando en la medida que nuestros tiempos nos permiten, aunque generalmente dejamos de lado nuestros compromisos cotidianos para seguir estando activos por nuestra fiesta. Cuando me propusieron esa tarea no dude en aceptarla. De igual forma respondieron mis colaboradores, sabiendo que hay que trabajar sin tiempos ni medidas, dejando de lado gran parte de nuestras cosas personales. Si queremos a nuestra fiesta nacional, debemos entregarnos a ella procurando por sobre todas las cosas hacerlo de manera responsable, sin otras pretensiones que no sea el éxito al final del camino”.

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