La realización del premio Coronación del rally fue a todas luces excepcional. Más allá de algunas voces que se alzan desde la vereda de enfrente con posturas llamativas intentando salpicar sin razón o con ella, la notable acción deportiva que se llevó adelante por caminos de la ciudad y nos convirtió por 3 o 4 días de intensas jornadas, en el epicentro de la definición del Mar y Sierras. Con todo lo que ello significa.
Y no solo la llegada de una especialidad automovilística se reduce a ruido de motores y movimientos de equipos. La cosa va más allá. Trabajo a destajo para comercios, hoteles, bares, confiterías, restaurantes, casas de venta de comidas y otros comestibles, estaciones de servicio, talleres, en fin, un incremento de ventas considerables, que hace bien y oxigena las arcas por momentos un tanto caídas.
También quedó demostrado que el público gusta de esta categoría, ya que se volcó a la ruta poblando la mayoría de los primes, en la ciudad y zonas más alejadas. Así fue que pudieron observarse el humo de los clásicos asados desde temprano, aguardando el paso de las máquinas y la mayoría entonada por la presencia de pilotos y navegantes locales, que hicieron el gran esfuerzo económico para estar presentes en línea de largada. Merecen citarse:
Daniel Reyes-«Cape» Luciano Rodríguez (Gacel) «A» Histórica.
Luciano Laria, navegante de J. Arce (R 18) «A» Histórica.
Rodrigo Ciros, navegante de E. Tetaz (R 18) «A» Histórica.
Sebastián Brescia-Daniel Rodríguez (Gacel) ZM.
Jerónimo Vitral-Braian Figueroa (Gol) ZM.
Juan P. y Agustín Sansiviero (Gacel) ZM.
Juan Carlos Garay-Miguel Mignaquy (Gol) Nº 1.
Ellos, más allá de los resultados pusieron un punto de atención en el paso de las máquinas.
Todo lo dicho y puede seguir hablándose del premio en Ayacucho, quizás el que más atrae a los pilotos y navegantes por las características de los trazados, enmarcado por una organización y puesta en escena, que lleva años de experiencia, encabezada por la Municipalidad en la persona de Hernán Naveyra y todo su equipo de trabajo, con la estrecha colaboración de la dirigencia de la categoría y la fiscalización de la Frad Mar y Sierras. Todos sin dejar nada librado al azar, para concluir con la coronación de los ganadores en el cierre del domingo en un sitio inigualable como es el anfiteatro del club Independiente. Epicentro de tamaña realización.
Por lo dicho y más allá de algunas declaraciones que deberán observarse, nuestra ciudad y visitantes, vivieron una fiesta deportiva a todas luces apasionante.
OMA