El milagro de la Navidad

Miercoles 18 de Diciembre. Nos encontramos a siete dias de la Navidad. Esta sublime y muy especial perspectiva encuentra a los argentinos sumidos en un cúmulo de variadas incertidumbres. No es para menos: gobierno nacional
y provincial nuevo, en los que están depositadas las mejores esperanzas para lograr la estabilidad económica por un lado, que se imponga paulatinamente la justicia, y lo que no es menor, que haya paz.
Con respecto al último de los deseos, nada mejor que la Navidad para otorgarnos ese sublime sentimiento que a la par de conmovernos profundamente, nos acerque al prójimo para estrecharle fuertemente la mano sin reticencias de
ningún tipo.
No importa demasiado como se la conciba; incluso si se cree o no en ella. Cabe aceptarla entonces como un puente especial, incomparable y generador espiritual de lo mejor que tenemos y podemos ofrecer para que «esta
Navidad», y no otra, sea la mejor de todas. Las pasadas, pisadas, y las que vendrán están lejos todavía.
La Navidad se trasunta en varias muestras materiales: armar el tradicional arbolito por un lado, tanto en las casas de familia y en los negocios. Incluso «vestir» los árboles del frente de los domicilios con los clásicos colores
navideños. Pero lo que es mucho mejor aún, nos prepara para celebrarla dejando de lado cuestiones mezquinas, resentimientos, enemistades y egoismos, tratando de encontrar el camino que nos conduzca a vivir mejor
espiritualmente, que el resto como viene se va.
Debemos estar prestos a ofrecer la mano generosa y el abrazo fraterno; tengamos a flor de labios la palabra amable, sincera y sencilla. Que esta Navidad sea la mejor de todas. Los argentinos la necesitamos imperiosamente.
Depende de nosotros lograr ese bien llamado «milagro de la Navidad».

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