Como consecuencia del infortunado suceso, varias personas que habitaban en el lugar debieron ser hospitalizadas, afortunadamente con heridas que no revisten gravedad.
Después de sofocado el dantesco incendio, «el paisaje» de destrucción y desolación que puede observarse es muy lamentable, principalmente para aquellos que aún recuerdan los «servicios distinguidos» que ofreció ese enorme depósito en épocas en que el Ferrocarril del Sud primero, y el General Roca hasta el final, se mostraba activo y gravitante. Según datos que nos merecen fe, ese «galpon de chapas» fue construido en el año 1881, un año después del arribo del primer convoy ferroviario a Ayacucho.